El Recreativo de Huelva acaba de ser testigo de privilegio de la diferencia que hay entre enfrentarse al Real Madrid y al Barcelona. Ésta no es el "jogo bonito" ni todas las tonterías que la prensa se inventa para tratar de justificar la posición del Barcelona al frente de la tabla, sino el árbitro. A buen seguro los onubenses habrán alucinado cuando Sisi efectuó aquella escandalosa piscina, pasando a casi un metro de Cannavaro, en el momento en que el colegiado pitó falta y amonestó al central italiano. Si el día del Barcelona les hubieran pitado así, a buen seguro que ahora respirarían con cierta tranquilidad en lugar de verse en posiciones de descenso.
"El Real Madrid consiguió la victoria de siempre", así titula el As el partido de anoche... ¿Es que no tienen vergüenza? Entre jugar bonito y jugar legal, me quedo con lo segundo, ya que así, de forma limpia, es como el Real Madrid lleva ganando partidos sin parar (desde que Juande es el técnico sólo se nos han escapado cinco puntos, tres de ellos absolutamente fraudulentos en en Nou Camp). Los que ganan siempre igual se llaman Barcelona y no porque lo hagan bonito, sino porque con catorce es más fácil ganar que con once.
El Recre, sin los árbitros en contra, es un equipo difícil, sobre todo en su campo. Presionan mucho durante los noventa minutos, no dejan espacios en defensa y nunca pierden de vista el ataque. Si además Juande decide facilitarles la labor con el mundo al revés (Robben por la derecha e Higuaín por la izquierda) obtener los tres puntos resulta un objetivo de lo más complicado.
La primera mitad se destacó por el atasco monumental que tenía el Real Madrid en el centro del campo. Gago y Lass se enfrentaban solos al mundo, ya que Robben por la derecha es otro delantero, Higuaín por la izquierda se anula solo (un delantero reconvertido a una banda que no es la suya es sinónimo de fracaso) y la posibilidad de enviar balones arriba era cada vez más remota, teniendo en cuenta que Raúl tuvo que ejercer de tercer centrocampista en ayuda de una débil línea medular conformada únicamente con dos hombres.
El Recre lo aprovechó y en la primera mitad gozó de un par de buenas ocasiones, desbaratadas por el mejor portero del mundo, don Iker Casillas (una de sus intervenciones, sacando un balón ajustado a la base del poste, merece el calificativo de "paradón de la jornada"). ¿Por qué el Recre, a pesar de las facilidades que otorgaba el Real Madrid en el centro del campo, no creó más peligro? Porque la defensa del Real Madrid es la mejor de todo el campeonato, haciendo mención especial a Pepe que anoche realizó el partido pefecto: anticipación, colocación, marcaje, capacidad para sacar el balón jugado... Todo lo que ayer hizo el portugués es para grabarlo y llevar la cinta a Valdebebas, para que los futuros defensas del equipo vean cómo juega un central de altura.
Voy a seguir insistiendo en el asunto Robben: continuo pensando que es malo para el Real Madrid y explicaré por qué. Tenemos a un delantero centro, llamado Huntelaar, con los mejores números en la actualidad en cuanto a porcentaje en goles marcados/remates ejecutados. Pero claro, si sólo cuenta con una única ocasión para chutar a puerta en todo el partido (como anoche) es complicado que el ariete holandés siga sumando goles. A Robben le encanta jugar en la derecha, porque así puede bajar la cabeza y volverse loco en interminables regates con el único objetivo de sacar el chut a puerta como sea. Mientras tanto Huntelaar se aburre e Higuaín se desespera (ayer hasta en tres ocasiones pudo Robben haberle servido el esférico a placer, pero estaba demasiado ocupado en sus individualidades para levantar la cabeza). Aunque Robben hubiera marcado ayer (falló una casi a placer en la segunda mitad) no me parece rentable un futbolista que para meter un gol necesita desperdiciar diez ocasiones más sin pasar el balón a los compañeros. Además, es un concepto de infantiles: si tú estás cubierto por dos jugadores, seguro que alguno de tus compañeros está solo, porque en los partidos hay once contra once (a excepción del Barcelona que juega con catorce, claro, ahí sí perdonaría a Robben por no mirar).
Robben es un regateador brillante, espectacular en sus acciones, pero si él juega donde quiere perdemos a Higuaín, a Huntelaar y a Raúl, que debe retrasar su posición para que haya un centrocampista más. Si Robben marcase tres goles por partido, aceptaría perder a tres jugadores para contar con su concurso, pero no es así. ¿No lo quiere Benítez? Pues no sé a qué esperamos para vendérselo. ¿No queremos nosotros a Xabi Alonso? ¿Por qué no intentar un trueque? A buen seguro el Real Madrid saldría beneficiado con el cambio.
En la segunda mitad el tempranero gol de Marcelo cambió el guión del partido. Gago levantó la cabeza y trazó una diagonal perfecta, atravesando centrocampistas y defensas rivales, que llegó al lateral brasileño. Y aquí viene una de las grandes diferencias entre los futbolistas del Real Madrid y los del Barcelona: un defensa enganchó a Marcelo dentro del área (ver foto). ¿Qué hizo el madridista? En lugar de seguir la táctica azulgrana del piscinazo, se lo quitó de encima, orientó su cuerpo y batió perfecto al meta Riesgo. Es la diferencia entre los futbolistas de verdad y los que no lo son.
Las dos mejores ocasiones de la primera parte para el Real Madrid habían llegado en dos subidas de Marcelo (una terminó con remate de Raúl al poste y posterior fallo de Ramos a puerta vacía). La primera vez que lo hizo en la segunda, llegó el gol que a la postre daría los tres puntos al Real Madrid.
No sólo el gol benefició el juego del Real Madrid, ya que el Recre debía abandonar su solidez defensiva y arriesgar para intentar el empate. A Juande se le encendió una lucecita y dio entrada en el campo a Snejder. El perjudicado fue Huntelaar, que acabó en el banquillo. A pesar de la animadversión que siento por Robben ante el perjuicio que causa al Real Madrid, en esta ocasión estuve de acuerdo en que el holandés permaneciera en el campo: al rival le entran las prisas, dejará huecos en defensa y un futbolista de sus características lo puede aprovechar. Es más, es el momento en que yo le hubiera dado entrada (en los últimos veinticinco minutos de partido) para terminar de amartillar el resultado.
El caso es que, a pesar de no practicar un fútbol brillante, el Real Madrid bien pudo haber logrado varios goles en la segunda parte, pero Riesgo realizó toda suerte de paradones evitando lo que podría haber supuesto una goleada blanca. Con Snejder entre líneas, Higuaín de delantero y Raúl como tercer centrocampista (sí, continuó paliando las carencias de Robben) el Real Madrid tenía un mayor control del balón que le permitió contar con varias ocasiones de peligro.
La nota negativa la puso Snejder, que se lesionó casi al final del partido en lo que parece una rotura de fibras (si el diagnóstico se confirma, lo mínimo que estará fuera de los terrenos de juego es tres semanas). Además, si no me equivoco, Lass no podrá jugar el próximo partido frente al Getafe.
Por lo demás, tres puntitos más obtenidos de forma legal (algo que por lo visto ya no importa, dada la ceguera de todo el mundo que no parece ver los escándalos que cada jornada persiguen al Barcelona) y unos números que, muy a mi pesar, avalan al técnico madridista. ¿Por qué a mi pesar? Porque no concibo que el entrenador del Real Madrid sea un tipo que no intente hacer fácil el fútbol. Obsesionado con Robben (y eso que hace algún tiempo lo criticó en la prensa) se obceca en darle la banda derecha, lo que implica, como he dicho antes, la práctica anulación de Huntelaar que no recibe un balón, Raúl que debe retrasar su posición como en tiempos de Ronaldo e Higuaín que no sabe jugar en banda izquierda.
Quiero ganar la liga por un único motivo: que las trampas culés no se hagan dueñas de un campeonato desvirtuado por los arbitrajes. Supongo que eso implicaría la renovación automática de Juande (si no me equivoco, su contrato recogía un año más en caso de ganar un título). Ahora bien, en una hipotética segunda campaña con el manchego en el banquillo y con las mejoras en la plantilla que todos prometen, ¿haría Juande lo que debe o volvería a tirar la Champions al plantear un partido tan horriblemente mal como lo hizo en el doble enfrentamiento al Liverpool?
Es una pregunta que me quita el sueño.
"El Real Madrid consiguió la victoria de siempre", así titula el As el partido de anoche... ¿Es que no tienen vergüenza? Entre jugar bonito y jugar legal, me quedo con lo segundo, ya que así, de forma limpia, es como el Real Madrid lleva ganando partidos sin parar (desde que Juande es el técnico sólo se nos han escapado cinco puntos, tres de ellos absolutamente fraudulentos en en Nou Camp). Los que ganan siempre igual se llaman Barcelona y no porque lo hagan bonito, sino porque con catorce es más fácil ganar que con once.
El Recre, sin los árbitros en contra, es un equipo difícil, sobre todo en su campo. Presionan mucho durante los noventa minutos, no dejan espacios en defensa y nunca pierden de vista el ataque. Si además Juande decide facilitarles la labor con el mundo al revés (Robben por la derecha e Higuaín por la izquierda) obtener los tres puntos resulta un objetivo de lo más complicado.
La primera mitad se destacó por el atasco monumental que tenía el Real Madrid en el centro del campo. Gago y Lass se enfrentaban solos al mundo, ya que Robben por la derecha es otro delantero, Higuaín por la izquierda se anula solo (un delantero reconvertido a una banda que no es la suya es sinónimo de fracaso) y la posibilidad de enviar balones arriba era cada vez más remota, teniendo en cuenta que Raúl tuvo que ejercer de tercer centrocampista en ayuda de una débil línea medular conformada únicamente con dos hombres.
El Recre lo aprovechó y en la primera mitad gozó de un par de buenas ocasiones, desbaratadas por el mejor portero del mundo, don Iker Casillas (una de sus intervenciones, sacando un balón ajustado a la base del poste, merece el calificativo de "paradón de la jornada"). ¿Por qué el Recre, a pesar de las facilidades que otorgaba el Real Madrid en el centro del campo, no creó más peligro? Porque la defensa del Real Madrid es la mejor de todo el campeonato, haciendo mención especial a Pepe que anoche realizó el partido pefecto: anticipación, colocación, marcaje, capacidad para sacar el balón jugado... Todo lo que ayer hizo el portugués es para grabarlo y llevar la cinta a Valdebebas, para que los futuros defensas del equipo vean cómo juega un central de altura.
Voy a seguir insistiendo en el asunto Robben: continuo pensando que es malo para el Real Madrid y explicaré por qué. Tenemos a un delantero centro, llamado Huntelaar, con los mejores números en la actualidad en cuanto a porcentaje en goles marcados/remates ejecutados. Pero claro, si sólo cuenta con una única ocasión para chutar a puerta en todo el partido (como anoche) es complicado que el ariete holandés siga sumando goles. A Robben le encanta jugar en la derecha, porque así puede bajar la cabeza y volverse loco en interminables regates con el único objetivo de sacar el chut a puerta como sea. Mientras tanto Huntelaar se aburre e Higuaín se desespera (ayer hasta en tres ocasiones pudo Robben haberle servido el esférico a placer, pero estaba demasiado ocupado en sus individualidades para levantar la cabeza). Aunque Robben hubiera marcado ayer (falló una casi a placer en la segunda mitad) no me parece rentable un futbolista que para meter un gol necesita desperdiciar diez ocasiones más sin pasar el balón a los compañeros. Además, es un concepto de infantiles: si tú estás cubierto por dos jugadores, seguro que alguno de tus compañeros está solo, porque en los partidos hay once contra once (a excepción del Barcelona que juega con catorce, claro, ahí sí perdonaría a Robben por no mirar).
Robben es un regateador brillante, espectacular en sus acciones, pero si él juega donde quiere perdemos a Higuaín, a Huntelaar y a Raúl, que debe retrasar su posición para que haya un centrocampista más. Si Robben marcase tres goles por partido, aceptaría perder a tres jugadores para contar con su concurso, pero no es así. ¿No lo quiere Benítez? Pues no sé a qué esperamos para vendérselo. ¿No queremos nosotros a Xabi Alonso? ¿Por qué no intentar un trueque? A buen seguro el Real Madrid saldría beneficiado con el cambio.
En la segunda mitad el tempranero gol de Marcelo cambió el guión del partido. Gago levantó la cabeza y trazó una diagonal perfecta, atravesando centrocampistas y defensas rivales, que llegó al lateral brasileño. Y aquí viene una de las grandes diferencias entre los futbolistas del Real Madrid y los del Barcelona: un defensa enganchó a Marcelo dentro del área (ver foto). ¿Qué hizo el madridista? En lugar de seguir la táctica azulgrana del piscinazo, se lo quitó de encima, orientó su cuerpo y batió perfecto al meta Riesgo. Es la diferencia entre los futbolistas de verdad y los que no lo son.
Las dos mejores ocasiones de la primera parte para el Real Madrid habían llegado en dos subidas de Marcelo (una terminó con remate de Raúl al poste y posterior fallo de Ramos a puerta vacía). La primera vez que lo hizo en la segunda, llegó el gol que a la postre daría los tres puntos al Real Madrid.
No sólo el gol benefició el juego del Real Madrid, ya que el Recre debía abandonar su solidez defensiva y arriesgar para intentar el empate. A Juande se le encendió una lucecita y dio entrada en el campo a Snejder. El perjudicado fue Huntelaar, que acabó en el banquillo. A pesar de la animadversión que siento por Robben ante el perjuicio que causa al Real Madrid, en esta ocasión estuve de acuerdo en que el holandés permaneciera en el campo: al rival le entran las prisas, dejará huecos en defensa y un futbolista de sus características lo puede aprovechar. Es más, es el momento en que yo le hubiera dado entrada (en los últimos veinticinco minutos de partido) para terminar de amartillar el resultado.
El caso es que, a pesar de no practicar un fútbol brillante, el Real Madrid bien pudo haber logrado varios goles en la segunda parte, pero Riesgo realizó toda suerte de paradones evitando lo que podría haber supuesto una goleada blanca. Con Snejder entre líneas, Higuaín de delantero y Raúl como tercer centrocampista (sí, continuó paliando las carencias de Robben) el Real Madrid tenía un mayor control del balón que le permitió contar con varias ocasiones de peligro.
La nota negativa la puso Snejder, que se lesionó casi al final del partido en lo que parece una rotura de fibras (si el diagnóstico se confirma, lo mínimo que estará fuera de los terrenos de juego es tres semanas). Además, si no me equivoco, Lass no podrá jugar el próximo partido frente al Getafe.
Por lo demás, tres puntitos más obtenidos de forma legal (algo que por lo visto ya no importa, dada la ceguera de todo el mundo que no parece ver los escándalos que cada jornada persiguen al Barcelona) y unos números que, muy a mi pesar, avalan al técnico madridista. ¿Por qué a mi pesar? Porque no concibo que el entrenador del Real Madrid sea un tipo que no intente hacer fácil el fútbol. Obsesionado con Robben (y eso que hace algún tiempo lo criticó en la prensa) se obceca en darle la banda derecha, lo que implica, como he dicho antes, la práctica anulación de Huntelaar que no recibe un balón, Raúl que debe retrasar su posición como en tiempos de Ronaldo e Higuaín que no sabe jugar en banda izquierda.
Quiero ganar la liga por un único motivo: que las trampas culés no se hagan dueñas de un campeonato desvirtuado por los arbitrajes. Supongo que eso implicaría la renovación automática de Juande (si no me equivoco, su contrato recogía un año más en caso de ganar un título). Ahora bien, en una hipotética segunda campaña con el manchego en el banquillo y con las mejoras en la plantilla que todos prometen, ¿haría Juande lo que debe o volvería a tirar la Champions al plantear un partido tan horriblemente mal como lo hizo en el doble enfrentamiento al Liverpool?
Es una pregunta que me quita el sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario