Real Madrid 3 - Getafe 2
Los milagros, en el fútbol, sólo se dan en el Bernabéu. Ha vuelto el espíritu Capello, o lo que es lo mismo: nos olvidamos del fútbol, le echamos todos los cojones del mundo y ganamos el partido porque somos el Real Madrid y punto. Y así hemos ganado, a base de poner toda la carne en el asador.
Entiendo que ganar un partido así merece ser celebrado antes que cualquier otra cosa. Sin embargo, me veo en el deber de analizar una serie de cosas alrededor de esta agónica victoria, que recuerda y de qué forma a otro milagro de la era Capello, frente al Espanyol, con Higuaín haciéndose con un balón que nadie quería para terminar trasformándolo en gol tras combinar de pared con Reyes, en una época en la que se decía que Higuaín no era futbolista para el Real Madrid (sin comentarios).
Si el Real Madrid hubiera empezado en el minuto uno como lo ha hecho en el 46, no habríamos disfrutado con un final tan espectacular como el de esta noche, pero habríamos resuelto el encuentro en la primera mitad. ¿Por qué han jugado con fuego la mayoría de nuestros futbolistas? Habría que preguntárselo a ellos, porque sabedores de que la única posibilidad que hay de ganar la liga pasa por contar los partidos que quedan por victorias, no entiendo a qué ha venido tanta relajación.
En defensa sólo funcionaba Cannavaro, quien por cierto ha estado soberbio, máxime teniendo en cuenta la poca colaboración con la que ha contado: Ramos perdiendo la posición de continuo, Pepe despistado en las marcas y Marcelo demasiado impreciso, perdiendo balones en zonas complicadas. Un detalle: tras el gol de Soldado, Cannavaro ha sido el encargado de cubrir al exmadridista en todas las jugadas a balón parado (previamente era tarea de Pepe).
Pero es que en el centro del campo ha ocurrido algo similar: un espléndido Gago, que en la primera mitad ha contado con la colaboración de Van der Vaart sólo el primer cuarto de hora además de los cables que le echaba Raúl (pero, ¿Raúl no es delantero?) ha visto cómo Guti se desentendía de todo y cómo debía multiplicarse para intentar sacar el partido hacia delante. Otro detalle: 32 de 35 pases completados de Gago en la primera mitad. Teniendo en cuenta que en los primeros 45 minutos se había instaurado el estilo Makelelé (es decir, pérdidas continuas de balón por parte de la mayoría de los jugadores) creo que es un dato a destacar.
Así que entre la parsimonia de muchos de los jugadores blancos, las pocas ganas que otros tenían de defender y los comienzos del árbitro chungo de turno, que ha mostrado sus intenciones en una falta sacada por Van der Vaart al cuarto de hora, con la barrera a escasos siete metros, despejada por un defensa con ambas manos y desplazado el balón cuatro metros de donde debía haber sido lanzada, no fuera que algún artista del Real Madrid la colara directa a gol, el Getafe se ha puesto por delante, el respetable se ha comenzado a cabrear y en la mente de todos ha planeado la siguiente idea: estamos tirando la liga.
Pero Higuaín ha vuelto a ser el hombre milagro y, al igual que hace dos años frente al Espanyol (como ya he comentado antes) se ha hecho con un balón imposible dentro del área, que Raúl le había tocado ligeramente con el pecho y ha logrado el empate en las postrimerías de la primera mitad. Una vez más, el Real Madrid se convertía en el rey del caos obteniendo partido de un momento en que el encuentro se había convertido en un correcalles.
No sé si ha sido por el gol o por la charla de Juande en el vestuario, pero lo cierto es que el Real Madrid ha comenzado la segunda mitad con las pilas puestas. Guti ha destapado el tarro de las esencias y junto a Gago se han hecho dueños del centro del campo. El Real Madrid comenzaba a encerrar al Getafe en su campo, que ha tenido un primer cuarto de hora muy duro, de tal manera que todos pensábamos que el segundo gol madridista caería más tarde o más temprano.
Robben había entrado en el descanso por Van der Vaart... Afortunadamente se ha lesionado pronto. Sí, he dicho afortunadamente y explicaré por qué no es ninguna barbaridad: todos tenemos claro que Higuaín, en banda izquierda, se anula solo; con Robben por la derecha, Higuaín jugaba en la izquierda y de haber seguido así hasta el final del partido, no habría podido ser el salvador de la noche, ¿verdad? Lo diré de otra manera: he sentido lo mismo cuando se ha lesionado Robben que cuando lo hizo en mayo de 2002 César.
Sin embargo Juande todavía la tenía que liar. Si todavía tenía alguna duda sobre él, esta noche las he disipado todas: a falta de media hora, con el partido controlado, con la posesión del esférico y llegando con peligro a la meta rival, se le ha ocurrido arriesgar sin ningún tipo de fundamento y ha sustituido a un central (además ha quitado al mejor de la noche, don Fabio Cannavaro, que gracias a él no íbamos perdiendo ya por tres goles) y ha dado entrada a Javi García. No sé cuales han sido las órdenes de Juande, pero sé lo que he visto: doce minutos consecutivos en los que Gago ha permanecido al lado de Pepe, como segundo central, mientras que García estaba arriba sin tocar un balón.
Y claro, la salida de Gago de la línea medular ha hecho que el Getafe se encoraginara, llegando con cierta claridad hasta en cuatro ocasiones en dichos doce minutos. Señor Juande, le digo lo mismo que le dije los dos días del Liverpool: ¿por qué cambiar algo que funciona? Es algo que nunca entenderé.
Pero ha aparecido Guti. Al filo de la media hora ha conectado uno de esos pases marca de la casa, pasando por mitad de la defensa, dejando a Huntelaar en situación de uno contra uno contra el meta rival, que ha sacado una mano formidable para evitar lo que parecía iba a ser el 2-1 a favor de los locales.
El partido volvía a estar loco. Víctor había dado entrada en el minuto 58 a un jugador muy rápido como Albín, para aprovechar las contras, las cuales han llegado sin parar desde la marcha de Cannavaro. Un apunte para el pseudo-periodista de Televisión Española Juan Carlos Rivero: ¿alguien se ha fijado en la cantidad de contraataques que en la primera mitad ha cortado el italiano en campo rival y sin hacer faltas? Lo digo porque cegatos como el mencionado locutor de la televisión pública han repetido hasta hartarse que don Fabio no sabe defender fuera del área. Pero bueno, también dicen que al Barcelona no le han favorecido los árbitros, así que cualquier cosa.
El caso es que sin Cannavaro y con la incorporación de otro velocista como Uche, el Getafe comenzaba a llegar con demasiada claridad y por fin ha caído el 1-2, en botas del mencionado Albín. Eso sí, ¿por qué este gol ha subido al marcador? Porque Delgado Ferreiro (del comité vasco a pesar de su apellido gallego) ha decidido, un minuto antes, sancionar un claro penalti de Cata Díaz sobre Higuaín con tarjeta para el Pipita.
En ese momento todos los madridistas estábamos entre indignados y resignados, ya que futbolísticamente este Real Madrid puede ser campeón de liga, pero contra los árbitros no hay quien pueda. Un momento, ¿he dicho todos? Pues no. He cargado contra Guti por su nefasta primera mitad, pero cuando un capitán del Real Madrid se pone los galones y ejerce, sucede lo de hoy: falta directa con la barrera bochornosamente cerca del balón, golpeo fuerte y colocado del señor Gutiérrez y empate a dos.
La locura se ha adueñado de todo el mundo. De hecho esta noche están haciendo un referendum en mi barrio para expulsarme, ya que aquí, en tierra de antimadridistas, todos se han enterado (por si todavía había algún despistado) de qué equipo soy.
Pero si nosotros estábamos locos, el partido todavía más. Pepe, en una acción impropia de un futbolista del Real Madrid (el tipo de actos esperable en Márquez, Puyol o Dani Alves, pero nunca en un madridista) ha perdido la cabeza. Llegaba un delantero del Getafe dentro del área con el balón controlado y ha cometido un penalti que cada vez estoy más convencido de que era innecesario. La razón es que Pepe estaba cubriendo el palo largo y Casillas el corto, de forma que si bien la ocasión era de gran peligro, probablemente se hubiera solventado con un despeje. El árbitro ha pitado y Pepe ha comenzado a agredir al delantero rival que se hallaba en el suelo. Este tipo de acciones no se debe permitir y espero que a Pepe le caiga una buena sanción tanto de la LFP como del propio Real Madrid, porque, como he dicho, es impropio de uno de los nuestros.
Con el partido casi terminado y un penalti en contra, el abatimiento ha vuelto a reinar en el campo. Pero he aquí que a Casquero se le ha ocurrido intentar humillar a todo un Real Madrid en el Bernabéu, tirando al estilo Panenka. Grave error. Casillas ha recogido el balón sin ningún esfuerzo y ha relanzado un nuevo contragolpe para el Real Madrid.
El partido estaba terminando. Delgado Ferreiro no paraba de pitar peligro cuando los futbolistas del Real Madrid llegaban al área rival así que parecía que todo iba a finalizar en empate. Pero Higuaín no había dicho su última palabra: ha recuperado un balón, se ha dado la vuelta, ha corrido hacia la frontal del área sorteando rivales, se ha acomodado el esférico y de un espléndido chut a la escuadra ha hecho que subiera el 3-2 final al marcador, desatando una euforia entre el Real Madrid que o mucho me equivoco o mañana pasará factura a los culés.
El Real Madrid estaba con diez, empate a dos en el marcador y su rival disponía de un penalti para ponerse por delante... En cuatro minutos hemos pasado de esa situación a la victoria épica de un Real Madrid mágico para el que nada es imposible.
Es cierto que si los jugadores madridistas se hubieran aplicado desde el minuto uno, otro gallo nos habría cantado. Pero no habríamos disfrutado de semejante partidazo, ¿verdad? No creo que después de lo de hoy nadie se ría acerca de las posibilidades del Real Madrid para proclamarse campeón de liga por tercer año consecutivo. Tiempo al tiempo.
Entiendo que ganar un partido así merece ser celebrado antes que cualquier otra cosa. Sin embargo, me veo en el deber de analizar una serie de cosas alrededor de esta agónica victoria, que recuerda y de qué forma a otro milagro de la era Capello, frente al Espanyol, con Higuaín haciéndose con un balón que nadie quería para terminar trasformándolo en gol tras combinar de pared con Reyes, en una época en la que se decía que Higuaín no era futbolista para el Real Madrid (sin comentarios).
Si el Real Madrid hubiera empezado en el minuto uno como lo ha hecho en el 46, no habríamos disfrutado con un final tan espectacular como el de esta noche, pero habríamos resuelto el encuentro en la primera mitad. ¿Por qué han jugado con fuego la mayoría de nuestros futbolistas? Habría que preguntárselo a ellos, porque sabedores de que la única posibilidad que hay de ganar la liga pasa por contar los partidos que quedan por victorias, no entiendo a qué ha venido tanta relajación.
En defensa sólo funcionaba Cannavaro, quien por cierto ha estado soberbio, máxime teniendo en cuenta la poca colaboración con la que ha contado: Ramos perdiendo la posición de continuo, Pepe despistado en las marcas y Marcelo demasiado impreciso, perdiendo balones en zonas complicadas. Un detalle: tras el gol de Soldado, Cannavaro ha sido el encargado de cubrir al exmadridista en todas las jugadas a balón parado (previamente era tarea de Pepe).
Pero es que en el centro del campo ha ocurrido algo similar: un espléndido Gago, que en la primera mitad ha contado con la colaboración de Van der Vaart sólo el primer cuarto de hora además de los cables que le echaba Raúl (pero, ¿Raúl no es delantero?) ha visto cómo Guti se desentendía de todo y cómo debía multiplicarse para intentar sacar el partido hacia delante. Otro detalle: 32 de 35 pases completados de Gago en la primera mitad. Teniendo en cuenta que en los primeros 45 minutos se había instaurado el estilo Makelelé (es decir, pérdidas continuas de balón por parte de la mayoría de los jugadores) creo que es un dato a destacar.
Así que entre la parsimonia de muchos de los jugadores blancos, las pocas ganas que otros tenían de defender y los comienzos del árbitro chungo de turno, que ha mostrado sus intenciones en una falta sacada por Van der Vaart al cuarto de hora, con la barrera a escasos siete metros, despejada por un defensa con ambas manos y desplazado el balón cuatro metros de donde debía haber sido lanzada, no fuera que algún artista del Real Madrid la colara directa a gol, el Getafe se ha puesto por delante, el respetable se ha comenzado a cabrear y en la mente de todos ha planeado la siguiente idea: estamos tirando la liga.
Pero Higuaín ha vuelto a ser el hombre milagro y, al igual que hace dos años frente al Espanyol (como ya he comentado antes) se ha hecho con un balón imposible dentro del área, que Raúl le había tocado ligeramente con el pecho y ha logrado el empate en las postrimerías de la primera mitad. Una vez más, el Real Madrid se convertía en el rey del caos obteniendo partido de un momento en que el encuentro se había convertido en un correcalles.
No sé si ha sido por el gol o por la charla de Juande en el vestuario, pero lo cierto es que el Real Madrid ha comenzado la segunda mitad con las pilas puestas. Guti ha destapado el tarro de las esencias y junto a Gago se han hecho dueños del centro del campo. El Real Madrid comenzaba a encerrar al Getafe en su campo, que ha tenido un primer cuarto de hora muy duro, de tal manera que todos pensábamos que el segundo gol madridista caería más tarde o más temprano.
Robben había entrado en el descanso por Van der Vaart... Afortunadamente se ha lesionado pronto. Sí, he dicho afortunadamente y explicaré por qué no es ninguna barbaridad: todos tenemos claro que Higuaín, en banda izquierda, se anula solo; con Robben por la derecha, Higuaín jugaba en la izquierda y de haber seguido así hasta el final del partido, no habría podido ser el salvador de la noche, ¿verdad? Lo diré de otra manera: he sentido lo mismo cuando se ha lesionado Robben que cuando lo hizo en mayo de 2002 César.
Sin embargo Juande todavía la tenía que liar. Si todavía tenía alguna duda sobre él, esta noche las he disipado todas: a falta de media hora, con el partido controlado, con la posesión del esférico y llegando con peligro a la meta rival, se le ha ocurrido arriesgar sin ningún tipo de fundamento y ha sustituido a un central (además ha quitado al mejor de la noche, don Fabio Cannavaro, que gracias a él no íbamos perdiendo ya por tres goles) y ha dado entrada a Javi García. No sé cuales han sido las órdenes de Juande, pero sé lo que he visto: doce minutos consecutivos en los que Gago ha permanecido al lado de Pepe, como segundo central, mientras que García estaba arriba sin tocar un balón.
Y claro, la salida de Gago de la línea medular ha hecho que el Getafe se encoraginara, llegando con cierta claridad hasta en cuatro ocasiones en dichos doce minutos. Señor Juande, le digo lo mismo que le dije los dos días del Liverpool: ¿por qué cambiar algo que funciona? Es algo que nunca entenderé.
Pero ha aparecido Guti. Al filo de la media hora ha conectado uno de esos pases marca de la casa, pasando por mitad de la defensa, dejando a Huntelaar en situación de uno contra uno contra el meta rival, que ha sacado una mano formidable para evitar lo que parecía iba a ser el 2-1 a favor de los locales.
El partido volvía a estar loco. Víctor había dado entrada en el minuto 58 a un jugador muy rápido como Albín, para aprovechar las contras, las cuales han llegado sin parar desde la marcha de Cannavaro. Un apunte para el pseudo-periodista de Televisión Española Juan Carlos Rivero: ¿alguien se ha fijado en la cantidad de contraataques que en la primera mitad ha cortado el italiano en campo rival y sin hacer faltas? Lo digo porque cegatos como el mencionado locutor de la televisión pública han repetido hasta hartarse que don Fabio no sabe defender fuera del área. Pero bueno, también dicen que al Barcelona no le han favorecido los árbitros, así que cualquier cosa.
El caso es que sin Cannavaro y con la incorporación de otro velocista como Uche, el Getafe comenzaba a llegar con demasiada claridad y por fin ha caído el 1-2, en botas del mencionado Albín. Eso sí, ¿por qué este gol ha subido al marcador? Porque Delgado Ferreiro (del comité vasco a pesar de su apellido gallego) ha decidido, un minuto antes, sancionar un claro penalti de Cata Díaz sobre Higuaín con tarjeta para el Pipita.
En ese momento todos los madridistas estábamos entre indignados y resignados, ya que futbolísticamente este Real Madrid puede ser campeón de liga, pero contra los árbitros no hay quien pueda. Un momento, ¿he dicho todos? Pues no. He cargado contra Guti por su nefasta primera mitad, pero cuando un capitán del Real Madrid se pone los galones y ejerce, sucede lo de hoy: falta directa con la barrera bochornosamente cerca del balón, golpeo fuerte y colocado del señor Gutiérrez y empate a dos.
La locura se ha adueñado de todo el mundo. De hecho esta noche están haciendo un referendum en mi barrio para expulsarme, ya que aquí, en tierra de antimadridistas, todos se han enterado (por si todavía había algún despistado) de qué equipo soy.
Pero si nosotros estábamos locos, el partido todavía más. Pepe, en una acción impropia de un futbolista del Real Madrid (el tipo de actos esperable en Márquez, Puyol o Dani Alves, pero nunca en un madridista) ha perdido la cabeza. Llegaba un delantero del Getafe dentro del área con el balón controlado y ha cometido un penalti que cada vez estoy más convencido de que era innecesario. La razón es que Pepe estaba cubriendo el palo largo y Casillas el corto, de forma que si bien la ocasión era de gran peligro, probablemente se hubiera solventado con un despeje. El árbitro ha pitado y Pepe ha comenzado a agredir al delantero rival que se hallaba en el suelo. Este tipo de acciones no se debe permitir y espero que a Pepe le caiga una buena sanción tanto de la LFP como del propio Real Madrid, porque, como he dicho, es impropio de uno de los nuestros.
Con el partido casi terminado y un penalti en contra, el abatimiento ha vuelto a reinar en el campo. Pero he aquí que a Casquero se le ha ocurrido intentar humillar a todo un Real Madrid en el Bernabéu, tirando al estilo Panenka. Grave error. Casillas ha recogido el balón sin ningún esfuerzo y ha relanzado un nuevo contragolpe para el Real Madrid.
El partido estaba terminando. Delgado Ferreiro no paraba de pitar peligro cuando los futbolistas del Real Madrid llegaban al área rival así que parecía que todo iba a finalizar en empate. Pero Higuaín no había dicho su última palabra: ha recuperado un balón, se ha dado la vuelta, ha corrido hacia la frontal del área sorteando rivales, se ha acomodado el esférico y de un espléndido chut a la escuadra ha hecho que subiera el 3-2 final al marcador, desatando una euforia entre el Real Madrid que o mucho me equivoco o mañana pasará factura a los culés.
El Real Madrid estaba con diez, empate a dos en el marcador y su rival disponía de un penalti para ponerse por delante... En cuatro minutos hemos pasado de esa situación a la victoria épica de un Real Madrid mágico para el que nada es imposible.
Es cierto que si los jugadores madridistas se hubieran aplicado desde el minuto uno, otro gallo nos habría cantado. Pero no habríamos disfrutado de semejante partidazo, ¿verdad? No creo que después de lo de hoy nadie se ría acerca de las posibilidades del Real Madrid para proclamarse campeón de liga por tercer año consecutivo. Tiempo al tiempo.
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