El Barcelona siempre será un segundón. Da lo mismo que le regalen títulos (Champions, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes del año pasado se deben a los cinco penaltis de Chelsea) ya que después aparece Laporta y dice que lo más importante logrado la pasada temporada fue el 2-6 al Real Madrid. ¿Es o no es significativo?
Pero también sucede con la prensa. Desde hace unos años, todo lo que huele a azulgrana se distorsiona al alza de una manera tan poco objetiva como fanática y falsa, siempre con el Real Madrid en el horizonte. Y quien se fija más en el rival que en sí mismo, es un equipo pequeño. Sólo hay que atender a un par de ejemplos.
¿Os acordáis de Ronaldinho? Mientras una parte importante de los medios (y no me refiero sólo a los catalanes, sino a nacionales en general) llegaba a decir que había superado a Zidane, otros lo calificábamos con el pseudónimo de "Fraudinho". Se llegó al esperpento de calificar como gol del siglo un remate parecido a una chilena al que tuvo que recurrir tras efectuar un mal control con el pecho, dentro del área del Villarreal y ante la pasividad de unos defensas que habían bajado los brazos al encontrarse varios goles por debajo del marcador y en tiempo de descuento. Medios como Antena 3 afirmaron que estaba por encima de una serie de goles, entre los que aparecía una excepcional chilena de Hugo Sánchez al Logroñés y el gol de Zidane en la novena.
Comparar a Ronaldinho con Zidane es como establecer similitudes entre Messi y Maradona. Zidane, además de su voleón contra el Leverkusen en la última Champions ganada por el Real Madrid, marcó dos goles en la final del mundial de Francia, fue clave para la consecución de la Eurocopa con su selección y fundamental para que los galos se metieran en la final del último mundial. Ronaldinho, ¿qué ha hecho Ronaldinho en mundiales o finales de Champions? Desaparecer. Pero llevaba camiseta azulgrana, el mejor futbolista de los últimos años había sido del Real Madrid y claro, había que decir que era mejor que Zidane.
Ahora sucede con Messi. Acaba de marcar dos hatt-tricks, algo propio de un gran futbolista, no lo niego, pero ¿mejor que Maradona? Ahora hay que hundir a Cristiano y como el portugués es un futbolista de otra galaxia, ni siquiera lo nombran cuando hablan de Messi. Eso sí, no matizan en la débil defensa valencianista, que prácticamente le tendió una alfombra roja en su primer trío de goles. Tampoco comentan que los otros tres los marcó ante un equipo que lucha por no descender. Y, evidentemente, nadie habla sobre su poca capacidad para jugar con los compañeros.
Maradona ganó un mundial (México 86) y prácticamente él solito metió a su selección en la final de otro (Italia 90). En México metió uno de los mejores goles que jamás se ha visto en la fase final de la Copa del Mundo, recorriendo todo el campo con el balón controlado, sorteando a todos los rivales que le salieron al paso y eliminando a nada más y nada menos que Inglaterra. ¿Se atreven a comparar ese gol con uno conseguido en Copa contra el Getafe? Es de risa.
El caso es que en cuanto una defensa se vuelve lo suficientemente ordenada, como sucedió con el débil Osasuna anoche, Messi ni la huele. Por el contrario, Cristiano Ronaldo (a quien tampoco se me ocurrirá el disparate de compararlo con Maradona) se hecha el equipo a la espalda, juega con la cabeza levantada, genera ocasiones para sí mismo y para sus compañeros y siempre aparece, aunque el rival sea el Valladolid y tenga permiso del árbitro para apalizarlo en el terreno de juego. El problema es que Cristiano juega en el Real Madrid y Messi en el Barcelona. ¿Qué pasaría en caso contrario? Si Messi jugase en el Real Madrid dirían que sólo juega bien a la contra, que es muy individualista y seguramente lo tacharían de cojo (por aquello de que tiene la derecha para apoyar). En ese caso Cristiano sería el mejor del mundo y bla, bla, bla.
Es irrisorio, pero es lo que hay. Ronaldinho nunca alcanzó, ni de lejos, a Zidane y Messi, se pongan como se pongan, es inferior a Cristiano Ronaldo, algo que seguramente comprobaremos todos en el mundial. Ojalá que esta realidad también se demuestre el diez de abril.
Pero también sucede con la prensa. Desde hace unos años, todo lo que huele a azulgrana se distorsiona al alza de una manera tan poco objetiva como fanática y falsa, siempre con el Real Madrid en el horizonte. Y quien se fija más en el rival que en sí mismo, es un equipo pequeño. Sólo hay que atender a un par de ejemplos.
¿Os acordáis de Ronaldinho? Mientras una parte importante de los medios (y no me refiero sólo a los catalanes, sino a nacionales en general) llegaba a decir que había superado a Zidane, otros lo calificábamos con el pseudónimo de "Fraudinho". Se llegó al esperpento de calificar como gol del siglo un remate parecido a una chilena al que tuvo que recurrir tras efectuar un mal control con el pecho, dentro del área del Villarreal y ante la pasividad de unos defensas que habían bajado los brazos al encontrarse varios goles por debajo del marcador y en tiempo de descuento. Medios como Antena 3 afirmaron que estaba por encima de una serie de goles, entre los que aparecía una excepcional chilena de Hugo Sánchez al Logroñés y el gol de Zidane en la novena.
Comparar a Ronaldinho con Zidane es como establecer similitudes entre Messi y Maradona. Zidane, además de su voleón contra el Leverkusen en la última Champions ganada por el Real Madrid, marcó dos goles en la final del mundial de Francia, fue clave para la consecución de la Eurocopa con su selección y fundamental para que los galos se metieran en la final del último mundial. Ronaldinho, ¿qué ha hecho Ronaldinho en mundiales o finales de Champions? Desaparecer. Pero llevaba camiseta azulgrana, el mejor futbolista de los últimos años había sido del Real Madrid y claro, había que decir que era mejor que Zidane.
Ahora sucede con Messi. Acaba de marcar dos hatt-tricks, algo propio de un gran futbolista, no lo niego, pero ¿mejor que Maradona? Ahora hay que hundir a Cristiano y como el portugués es un futbolista de otra galaxia, ni siquiera lo nombran cuando hablan de Messi. Eso sí, no matizan en la débil defensa valencianista, que prácticamente le tendió una alfombra roja en su primer trío de goles. Tampoco comentan que los otros tres los marcó ante un equipo que lucha por no descender. Y, evidentemente, nadie habla sobre su poca capacidad para jugar con los compañeros.
Maradona ganó un mundial (México 86) y prácticamente él solito metió a su selección en la final de otro (Italia 90). En México metió uno de los mejores goles que jamás se ha visto en la fase final de la Copa del Mundo, recorriendo todo el campo con el balón controlado, sorteando a todos los rivales que le salieron al paso y eliminando a nada más y nada menos que Inglaterra. ¿Se atreven a comparar ese gol con uno conseguido en Copa contra el Getafe? Es de risa.
El caso es que en cuanto una defensa se vuelve lo suficientemente ordenada, como sucedió con el débil Osasuna anoche, Messi ni la huele. Por el contrario, Cristiano Ronaldo (a quien tampoco se me ocurrirá el disparate de compararlo con Maradona) se hecha el equipo a la espalda, juega con la cabeza levantada, genera ocasiones para sí mismo y para sus compañeros y siempre aparece, aunque el rival sea el Valladolid y tenga permiso del árbitro para apalizarlo en el terreno de juego. El problema es que Cristiano juega en el Real Madrid y Messi en el Barcelona. ¿Qué pasaría en caso contrario? Si Messi jugase en el Real Madrid dirían que sólo juega bien a la contra, que es muy individualista y seguramente lo tacharían de cojo (por aquello de que tiene la derecha para apoyar). En ese caso Cristiano sería el mejor del mundo y bla, bla, bla.
Es irrisorio, pero es lo que hay. Ronaldinho nunca alcanzó, ni de lejos, a Zidane y Messi, se pongan como se pongan, es inferior a Cristiano Ronaldo, algo que seguramente comprobaremos todos en el mundial. Ojalá que esta realidad también se demuestre el diez de abril.
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