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Calendario completo del primer equipo de fútbol, RM Castilla y primer equipo de baloncesto. Hora de Madrid. Se irá actualizando a medida que se conozcan las fechas y horas exactas.

domingo, 31 de octubre de 2010

Liga 2010/11 Jornada 9


El Real Madrid demostró anoche algo muy importante en un equipo campeón: sabe sufrir. Así como en los últimos partidos de liga siempre marcaba en los primeros minutos, esta vez se encontró con un gol en contra en el minuto dos de partido, obra de nuestra bestia negra particular, David Trezeguet, que con la Juventus de Turín ya nos había marcado tres. ¡Hay que ver lo bien que se le da nuestro equipo!

El partido empezó mal. Vimos al Pepe más apático de toda la temporada, no sólo en la jugada del gol, sino en líneas generales. Cierto que el pase de rosca a Trezeguet fue perfecto, de esos que tanto me gustan porque el efecto evita que los defensas lleguen a despejar, pero Pepe caminaba mientras observaba con indiferencia el remate del ariete rival y eso no es de recibo. Si se lo criticamos a Benzemá, a Pepe también.

¿Estará pensando en su renovación? No lo sé, pero más vale que se espabile pronto, porque Mourinho dejó uno de sus recaditos, al afirmar en la posterior rueda de prensa que estaba molesto porque habían entrenado ese tipo de ataques del Hércules.

Mou, a diferencia de aquel fraude que padecimos la pasada temporada (Pellegrini) estudia a conciencia a sus rivales. Había preparado a sus defensas para que las peligrosas entradas por banda, tan típicas en el equipo alicantino, no surtieran efecto. Así que, al ver cómo encajábamos un gol a las primeras de cambio, el entrenador portugués se mosqueó y con razón.

Y pudieron haber sido más. El equipo local olió sangre, vio al Real Madrid tocado y se lanzó en peligrosas incursiones por ambas bandas. El Real Madrid parecía no hacerse con el control del partido, a pesar de tener un mayor porcentaje de posesión. Pero si tenes el esférico y no lo traduces en fútbol, dicha posesión es bastante infructuosa.

Así las cosas, entre la velocidad de juego del Hércules, nuestra mala puesta en escena y Clos Gómez (por si no os acordáis de él, es ese tipejo que frente al Atlético de Madrid nos anuló tres goles legales y expulsó sin razón alguna a Van Nistelrooy, a pesar de lo cual vencimos por 1 - 2). Prefiero dejar el estudio sobre el árbitro a Nilo, porque no me quiero cabrear, pero fue vergonzoso. Como muestra del tipo de arbitraje padecido, dejo una jugada de auténtica ciencia ficción: la amarilla a Marcelo. Creo que no fue ni falta, pero bueno, dos jugadores pugnan por el balón, hay cierto contacto (pero no con los pies, sino con los costados)... Se puede pitar falta, pero ¿Amarilla? Clos Gómez es una vergüenza, como Undiano Mallenco, el "gominas" y algún que otro siervo de Villar. Pero me da que este año, ni por esas.

La segunda mitad fue otro cantar. El Real Madrid salió más enchufado. Los futbolistas querían el balón, lo buscaban, sin embargo el Hércules, muy bien plantado, conseguía que el dominio blanco no se tradujera en ocasiones claras de gol. Xabi Alonso lo intentaba desde fuera del área, pero los laterales seguían sin alcanzar la línea de fondo (imagino que, entre otras cosas, porque temían los peligrosos contraataques por banda alicantinos).

Hasta que por fin Cristiano la lió. Sacó un poderoso chut desde fuera del área que el meta Calatayud fue incapaz de blocar; el despeje fue a parar a Di María que, emulando al gran Raúl como el más listo de la clase, se adelantó a todos y marcó.

Parecía que todo iba a ir rodado desde entonces pero no fue así. Cierto que el Hércules dejó más espacios, cosa que aprovechó Xabi Alonso para meter certeros centros en profundidad, casi siempre buscando a Higuaín. Pero unas veces la defensa y otras los asistentes (lo de los linieres y el fuera de juego fue de escándalo) evitaban el tan ansiado gol de la victoria.

A la media hora de segunda parte Mou entendió que el empate no nos servía, así que arriesgó. Me encanta tener un entrenador que lee los partidos (Pellegrini no lo hacía). Así que quitó a un central (evidentemente Pepe) y dio entrada al delantero que le quedaba en el banquillo: Karim Benzemá. Otros técnicos, cuando necesitan goles, cometen el error de sustituir a un centrocampista por un delantero. Cuantos más hombres hay en el centro del campo, mayores son las opciones de que se suministren balones a los delanteros. Así que Mou hizo lo que debía.

El miedo era saber cómo iba a reaccionar Benzemá. ¿Veríamos al de siempre o de una vez por todas iba a aprovechar su oportunidad? Digamos que se quedó a medio camino. Intervino en los dos goles y hay que felicitarle por ello, pero tampoco vimos a un futbolista que saltara al campo a muerte. Por el bien del Real Madrid, lo mejor que podría pasar es que se recuperase, pero de momento no lo veo. Lo de ayer será una buena inyección psicológica, así que habrá que mantenerse a la espera.

A los siete minutos de la entrada del galo, un descomunal Marcelo (incomprensible que no vaya convocado con su selección) entro por banda izquierda, sorteó a todos sus rivales y dio el pase de la muerte a Benzemá. El francés chutó con ganas, pero Calatayud despejó en primera instancia. Ahora bien, ¿qué pasa cuando tienes a tantos delanteros en el campo? Que aumentan las posibilidades de que un rechace dentro del área vaya a parar a los pies de uno de ellos. Le tocó a Cristiano y no falló: 1 - 2.

Y Mourinho, más listo que el hambre, mientras Cristiano se iba a por la grada con la mano en la oreja a modo de "a ver qué gritáis ahora, paletos" (lo de "paletos" es cosecha mía, influencias de ese genio apodado Guti) el técnico madridista preparó un doble cambio en un visto y no visto: Öhzil e Higuaín fuera del campo, Albiol y Arbeloa dentro. Cuando necesitó poder ultraofensivo, jugó con tres delanteros, dos laterales convertidos en extremo, un media-punta, un centrocampista organizador, y tres defensas, de los cuales uno, Khedira, pasaba más tiempo en campo contrario que en el propio. Y cuando necesitó defender el resultado en un corto espacio de tiempo (con el descuento faltarían unos diez minutos) jugó con dos centrales, dos laterales defensivos, tres hombres en el centro del campo, de los cuales dos (Marcelo y Khedira) hacían labores de contención como interiores y Cristiano, Di María y Benzemá como flechas para intentar matar el partido a la contra.

Todo funcionó a las mil maravillas. Di María se hizo con un balón (encomiable cómo trabaja este chico partido a partido, vamos, que me parece que va a resultar barato) envió en profundidad a Benzemá que parecía adquirir velocidad con el paso de los minutos; éste levantó la cabeza, vio a Cristiano, le puso un balón medido y el portugués anotó la sentencia.

Aún pudo llegar un cuarto, que habría supuesto un hatt-trick de Cristiano, que está que se sale. Pero parece ser que un topo maléfico en el césped hizo que, tras dejar atrás a defensas y portero, chutase fuera.

¿Sabéis qué? Me encanta que silben e increpen a Cristiano fuera de casa. La razón es muy simple: ¿visteis qué obus lanzó en el gol del empate? ¿y la distancia desde la que envió su misil? Fue tal la rabia con la que golpeó al balón, con todo el empeine, que a pesar de hacerlo desde su casa, Calatayud sólo pudo despejarlo a duras penas. Y luego llegó el segundo, el tercero y el portugués todavía no tenía bastante. Desde luego, el siete del Real Madrid tiene un digno heredero en este estratosférico jugador.

Es una victoria importante. El Hércules, que nadie se engañe por ser un recién ascendido, es un equipo muy complicado (que se lo pregunten al Barcelona, que perdió contra ellos en el Nou Camp). Además, tenía ganas de saber cómo afrontaría el Real Madrid un partido que no empezase bien, ya que en los últimos tres de liga, así como en el de Champions contra el Milán, al cuarto de hora el marcador ya nos era favorable por dos goles y este Real Madrid, con el resultado a favor, es mortal. Ahora ya sabemos que, con el marcador en contra, también sabemos reaccionar.

La pena es que perdiéramos en baloncesto. Había un doble duelo Madrid - Alicante, en fútbol y en basket. Sintiéndolo mucho he de decir que en el deporte de la canasta, los alicantinos son muy, pero que muy malos, así que esa derrota se va a sentir.

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