El adiós de Cannavaro

Una vez más, anoche el Real Madrid demostró que lo poco que queda de liga no va con él. La tensión con la que afrontó el choque contra el Mallorca fue propia de un amistoso, de tal manera que terminó perdiendo por 1-3 un encuentro en el que, como digo, la puesta en escena no fue lo profesional que debió haber sido.

Juande volvió a lo mismo: Robben a la banda derecha. Para los fans de Robben, no sé si os dais cuenta que le hecho la culpa al mister y no al futbolista. Si el holandés juega en dicha demarcación, el resto del equipo se resiente al no contar con fluidez en la banda derecha (los rivales ya le tienen tomada la medida cuando juega por ahí).

A pesar de ello, el Real Madrid se adelantó: pase medido de Van der Vaart tras botar una falta e Higuaín, de soberbio testarazo, logró el 1-0.

Pero el partido tenía muy poca historia. Los errores en el pase eran contínuos, el equipo jugaba partido en dos (la mitad atacaba, la mitad defendía y nadie se encargaba de la transición) y ello devino en el resultado final de 1-3, al que contribuyeron los cambios ininteligibles del señor Juande.

Como veis, no me extiendo mucho y es que no hay gran cosa que contar sobre el juego: todos quieren que acabe la temporada ya (jugadores, público, directiva...) y es que, lo que más mereció la pena anoche, fue el reconocimiento que público y jugadores otorgaron al mejor central del mundo, don Fabio Cannavaro, un futbolista que ha sido, durante los tres años que ha jugado en el Real Madrid, un caballero dentro y fuera de los terrenos de juego, un profesional intachable y un miembro pesado del vestuario a pesar de su comportamiento humilde.

Cuando todo el Santiago Bernabéu, donde está el público más entendido de fútbol hoy en día, se pone en pie para ovacionar a un futbolista, eso significa algo. De la misma manera, todos y cada uno de los compañeros del gran Fabio, esperaron para darle sentidos abrazos, con un único mensaje: "Te echaremos de menos".

Se termina la 2008/09 en el Santiago Bernabéu, temporada en la que vamos a perder muchas más cosas que los títulos que disputábamos. Se supone que el uno de junio tendremos presidente, a menos, claro, que algunas personas que se consideran madridistas, boicoteen las elecciones (me pareció mal con Calderón y me parecería igual de mal con Florentino).

Esperemos, por el bien del equipo que, una vez pasado el trámite de Pamplona, se empiece a trabajar para que la próxima campaña el Real Madrid vuelva a la senda de los títulos y a los valores que hicieron de este club el mejor de toda la historia del fútbol.