Como viene sucediendo toda la temporada, el Barcelona ha obtenido un título fuera de los terrenos de juego. Ya sea mediante horrendos arbitrajes como el día del Chelsea o por medio de intensivos trabajos de despacho de su presidente, están consiguiendo lo que todo el mundo no dudará en calificar de hito, ya que posiblemente terminen ganando las tres competiciones. ¿Las han robado? Por supuesto, no hay ninguna duda. Tirando de hemeroteca tenemos la cantidad de partidos que no han merecido ganar, demasiados como para soltar la tan manida frase sobre los árbitros de "lo que unos días nos dan, otros nos lo quitan". Pero parece que en este país la mayoría de la gente ha dejado que su cerebro se vaya de vacaciones, para tragarse sin ningún tipo de réplica, lo que la vendida prensa les cuenta. Lamentable.
De todos modos, si de algo sirve que el Barcelona haga algo importante en el deporte del balompié es para que nos demos cuenta de su pequeñez, pues no saben ganar. El día del Bernabéu la montaron, lo mismo que en Chelsea, en la final de la Copa del Rey y ayer. Anoche detuvieron a casi setenta personas en los festejos por la liga. Son tan pequeños que, tras haber caído el año pasado por una ventaja de 18 puntos, esta temporada no han terminado de creer que el Real Madrid no haya sido campeón.
¿Y por qué el Real Madrid no ha sido campeón? Hay mucho que analizar al respecto. Lo de los robos arbitrales ya lo hemos comentado: de vergüenza. Además está la pésima planificación para la temporada (todo un Real Madrid no puede supeditar una plantilla a un solo jugador, como hicieron Calderón y Mijatovic con Cristiano Ronaldo). Después tenemos la pléyade de lesiones que ha asolado al equipo, con futbolistas tan importantes como el goleador Ruud Van Nistelrooy quedando prácticamente toda la temporada en el dique seco. Luego está la destitución del técnico a mitad de temporada...
Aún con todos esos males, el Real Madrid podría haber ganado algún título. Ésa es la grandeza de nuestro club. De hecho, tras el 2-4 en Sevilla, en Barcelona andaban preocupadísimos, pues veían que el conjunto azulgrana no atravesaba un buen momento mientras que el Real Madrid, a pesar de todos los contratiempos sufridos, estaba realizando la segunda mejor vuelta de toda Europa.
Pero con Juande Ramos hemos topado. El que fuera técnico del filial del Barcelona (conviene recordarlo para saber que su perfil es de entrenador pequeño) siempre se ha amedrentado cuando el partido era de cierta importancia, demostrando su incapacidad para estar al frente del Real Madrid. Lo hizo en los dos partidos frente al Liverpool y lo ratificó en el encuentro del Santiago Bernabéu contra el Barcelona. En ambas ocasiones ni supo utilizar al mejor once posible, ni tampoco reaccionar ante las vicisitudes que se iban produciendo en aquellos partidos.
Y anoche, una vez más, Juande demostró que no sabe muy bien de qué va esto. A pesar de sus cobardes declaraciones, quitándose de encima cualquier tipo de responsabilidad al mencionar que él ha entrenado a equipos espectaculares como el Sevilla, pero que con la plantilla que tiene este año el Real Madrid es un club pequeño (motivo que debería haber sido suficiente para su cese fulminante, por cierto). Incluso uno de los peores técnicos que conozco, Javier Clemente, era lo suficientemente valiente como para asumir culpas cuando los resultados no acompañaban a sus equipos. Pero ya lo dijo José María del Nido, presidente del Sevilla: "Juande es tan buen técnico como mala persona". Lo de buen técnico no me lo creo, pero lo segundo...
El caso es que anoche el entrenador manchego la volvió a pifiar. Si bien por fin pareció darse cuenta de que hacía falta reforzar el centro del campo (jugó con Javi García y Lass guardando las espaldas a un Van der Vaart que jugó bastante bien por aquello de que por fin ocupó su demarcación natural) se le olvidó que al fútbol no se puede jugar sin bandas. Anoche la actitud de los futbolistas fue mucho mejor que el día del Valencia (afortunadamente) pero resultaba evidente la incapacidad que mostraba el equipo para generar ocasiones de gol. El Real Madrid tenía la posesión del esférico y llegaba con cierta comodidad hasta tres cuartos de campo, pero sin bandas no hay espacios y se facilitan en demasía las tareas defensivas de la zaga rival.
Y claro, cuando atacas y tienes la posesión pero no creas peligro, cada vez se va más gente al ataque y en una contra perfectamente ejecutada por el Villarreal, cayó el 1-0. En tres toques los locales se plantaron en el área madridista y Pires marcó de un soberbio cabezazo el primero de la noche.
El resto de la primera parte discurrió por los mismos derroteros. En banda derecha estaba Robben, que no pudo hacer nada por una cuestión muy simple: Pellegrini tenía perfectamente estudiada su defensa. Si el holandés juega por la derecha, con evitar el regate hacia dentro lo tienes neutralizado. Los defensas del submarino amarillo no tenían ningún problema en concederle la banda (de hecho en varias ocasiones alcanzó la línea de córner) por aquello de que desde allí, al no tener salida con su pierna diestra, Robben no puede crear ningún peligro.
La banda izquierda quedaba relegada a las intermitentes subidas de Torres, un chaval de la cantera, perfectamente válido para jugar en el Real Madrid, muy superior a Heinze para jugar de lateral, pero que por una de esas decisiones que no entendemos de Juande, sólo juega cuando la mitad de la defensa está lesionada o sancionada (caso de ayer).
Ya que estamos con la cantera, ¿qué mejor momento que ahora para conceder a un montón de chavales el jugar tres partidos consecutivos con el primer equipo? La liga está resuelta, el segundo puesto asegurado, ¿por qué no intentar hacer algo bueno con los encuentros que quedan dando oportunidad a los más jóvenes? Y ya para zanjar esta cuestión, ¿qué ha sido de Palanca? De este chaval que tan buen resultado dio al desagradecido Juande Ramos en el Nou Camp, no hemos vuelto a tener noticia alguna. ¿Llegará por fin algún técnico que utilice esa gran cantera que es Valdebebas? ¿Será Wenger ese entrenador? En el Arsenal se atrevía con todo, pero ¿también lo hará en el Real Madrid? Veo demasiados interrogantes para nuestro futuro inminente. Habrá que tener paciencia y esperar a ver qué ocurre tras las elecciones.
Volviendo al partido, a Juande pareció iluminársele una lucecita y en la segunda mitad dio entrada a Higuaín. Todavía no se había cumplido el primer minuto cuando Torres puso un magnífico centro desde banda izquierda, Higuaín tocó de primera en el segundo palo hacia el corazón del área y el ayer incansable Van der Vaart batió de tiro cruzado al excelente guardameta Diego López.
El Real Madrid se crecía por momentos y el primer cuarto de hora de la segunda mitad fue de auténtico dominio visitante. Pero en una jugada de auténtica mala fortuna, un despeje quedó a pies de Cani, que fusiló sin piedad a Casillas con un trallazo imparable. 2-1.
Higuaín estaba en el campo, pero jugaba más de segundo delantero, junto a Raúl, que en la banda. Lo que pasa es que el Villarreal no llegaba con peligro y Torres podía incorporarse al ataque bastante a menudo, lo que hizo que el Real Madrid estuviera tonteando con el empate durante muchos minutos. Ya que hoy estamos preguntones, ¿por qué Juande tiene esa incapacidad para leer los partidos según van transcurriendo? Robben estaba perdido en la derecha por el buen hacer de los defensas locales, ¿por qué no cambiarlo de banda? Digo yo que dado que el futbolista es zurdo, colocarlo en su posición natural que es la izquierda no se trata de ningún despropósito. Pero no, el pobre siguió en la derecha, luchando contra viento y marea (porque otra cosa no, pero valiente es un rato) aunque sin resultados aparentes.
Pasado el minuto 40 el Real Madrid logró el empate. Parejo había entrado por un fatigado Van der Vaart (repito, ¡qué diferencia cuando han dejado jugar a este chico en su posición natural!), Drenthe también había saltado al campo por aquello de reforzar la banda izquierda (Juande no parece saber de la existencia de banda derecha). En una jugada un tanto embarullada y en claro fuera de juego, Higuaín logró el 2 a 2. Conviene recordar que el árbitro era Medina Cantalejo y que ya había birlado dos penaltis a favor del Real Madrid, así que a todos aquellos que comenzaron a cantar aquello de "así, así, así gana el Madrid" más les valdría haberse mordido la lengua.
El empate no le valía a nadie. Para que el Barcelona no se proclamara campeón el Real Madrid debía ganar y para seguir con opciones Champions, el Villarreal necesitaba los tres puntos. Como si de un guión de Hitchcock se tratara, en el último suspiro Casillas cometió una cantada de impresión, impropia de alguien de su categoría, y el Villarreal se hizo con la victoria en el último suspiro. Alguien me dirá: "No te cebes tanto con Casillas, que es San Casillas". Pues sí, me cebo y explicaré por qué: Últimamente se está excediendo demasiado en declaraciones contra parte de sus compañeros. ¿Te gusta exigir a los demás? ¿Te gusta el síndrome Juande Ramos, que no es otro que echar la culpa a todo el mundo menos a uno mismo? Pues para exigir, primero hay que cumplir y el cantadón fue imperdonable. En esta vida hay que ser más humilde, sólo así uno puede ganarse el respeto de los demás.
Quedan dos partidos, uno en el Bernabéu frente al Mallorca y otro en Pamplona. Podíamos haber hecho la segunda mejor vuelta de todos los tiempos, pero hemos preferido tirarlo todo por la borda en los últimos partidos. No es que los rivales que nos quedan sean de entidad alguna: el Mallorca fuera de casa baja muchos enteros y Osasuna... Ayer estuve en el Reyno de Navarra viendo el Osasuna - Sevilla (en mi oficina montaron una tarde de fútbol y cena y fuimos todos). Lo primero que me viene a la cabeza pensando en dicho encuentro es lo siguiente: si en mi equipillo del barrio yo hubiera centrado alguna vez de forma tan penosa como los extremos de Osasuna, me habrían corrido a gorrazos. ¿Es que ya no hay calidad en primera división? Porque lo de ayer fue de auténtico escándalo en cuanto a la ínfima calidad que tienen muchos de los futbolistas que vi, entre ellos Diego Capel. ¿Quién vio algo en este chico como para colocarle la etiqueta de futurible para el Real Madrid? Agacha la cabeza, corre con el balón y termina tan mareado que muchas de las jugadas que empieza en campo rival, las termina en el propio. Lamentable.
A lo que iba, ¿va todo un Real Madrid a perder contra un equipo tan mediocre como el Osasuna de este año, sólo por dejadez? Sería absolutamente deprimente.
De todos modos, si de algo sirve que el Barcelona haga algo importante en el deporte del balompié es para que nos demos cuenta de su pequeñez, pues no saben ganar. El día del Bernabéu la montaron, lo mismo que en Chelsea, en la final de la Copa del Rey y ayer. Anoche detuvieron a casi setenta personas en los festejos por la liga. Son tan pequeños que, tras haber caído el año pasado por una ventaja de 18 puntos, esta temporada no han terminado de creer que el Real Madrid no haya sido campeón.
¿Y por qué el Real Madrid no ha sido campeón? Hay mucho que analizar al respecto. Lo de los robos arbitrales ya lo hemos comentado: de vergüenza. Además está la pésima planificación para la temporada (todo un Real Madrid no puede supeditar una plantilla a un solo jugador, como hicieron Calderón y Mijatovic con Cristiano Ronaldo). Después tenemos la pléyade de lesiones que ha asolado al equipo, con futbolistas tan importantes como el goleador Ruud Van Nistelrooy quedando prácticamente toda la temporada en el dique seco. Luego está la destitución del técnico a mitad de temporada...
Aún con todos esos males, el Real Madrid podría haber ganado algún título. Ésa es la grandeza de nuestro club. De hecho, tras el 2-4 en Sevilla, en Barcelona andaban preocupadísimos, pues veían que el conjunto azulgrana no atravesaba un buen momento mientras que el Real Madrid, a pesar de todos los contratiempos sufridos, estaba realizando la segunda mejor vuelta de toda Europa.
Pero con Juande Ramos hemos topado. El que fuera técnico del filial del Barcelona (conviene recordarlo para saber que su perfil es de entrenador pequeño) siempre se ha amedrentado cuando el partido era de cierta importancia, demostrando su incapacidad para estar al frente del Real Madrid. Lo hizo en los dos partidos frente al Liverpool y lo ratificó en el encuentro del Santiago Bernabéu contra el Barcelona. En ambas ocasiones ni supo utilizar al mejor once posible, ni tampoco reaccionar ante las vicisitudes que se iban produciendo en aquellos partidos.
Y anoche, una vez más, Juande demostró que no sabe muy bien de qué va esto. A pesar de sus cobardes declaraciones, quitándose de encima cualquier tipo de responsabilidad al mencionar que él ha entrenado a equipos espectaculares como el Sevilla, pero que con la plantilla que tiene este año el Real Madrid es un club pequeño (motivo que debería haber sido suficiente para su cese fulminante, por cierto). Incluso uno de los peores técnicos que conozco, Javier Clemente, era lo suficientemente valiente como para asumir culpas cuando los resultados no acompañaban a sus equipos. Pero ya lo dijo José María del Nido, presidente del Sevilla: "Juande es tan buen técnico como mala persona". Lo de buen técnico no me lo creo, pero lo segundo...
El caso es que anoche el entrenador manchego la volvió a pifiar. Si bien por fin pareció darse cuenta de que hacía falta reforzar el centro del campo (jugó con Javi García y Lass guardando las espaldas a un Van der Vaart que jugó bastante bien por aquello de que por fin ocupó su demarcación natural) se le olvidó que al fútbol no se puede jugar sin bandas. Anoche la actitud de los futbolistas fue mucho mejor que el día del Valencia (afortunadamente) pero resultaba evidente la incapacidad que mostraba el equipo para generar ocasiones de gol. El Real Madrid tenía la posesión del esférico y llegaba con cierta comodidad hasta tres cuartos de campo, pero sin bandas no hay espacios y se facilitan en demasía las tareas defensivas de la zaga rival.
Y claro, cuando atacas y tienes la posesión pero no creas peligro, cada vez se va más gente al ataque y en una contra perfectamente ejecutada por el Villarreal, cayó el 1-0. En tres toques los locales se plantaron en el área madridista y Pires marcó de un soberbio cabezazo el primero de la noche.
El resto de la primera parte discurrió por los mismos derroteros. En banda derecha estaba Robben, que no pudo hacer nada por una cuestión muy simple: Pellegrini tenía perfectamente estudiada su defensa. Si el holandés juega por la derecha, con evitar el regate hacia dentro lo tienes neutralizado. Los defensas del submarino amarillo no tenían ningún problema en concederle la banda (de hecho en varias ocasiones alcanzó la línea de córner) por aquello de que desde allí, al no tener salida con su pierna diestra, Robben no puede crear ningún peligro.
La banda izquierda quedaba relegada a las intermitentes subidas de Torres, un chaval de la cantera, perfectamente válido para jugar en el Real Madrid, muy superior a Heinze para jugar de lateral, pero que por una de esas decisiones que no entendemos de Juande, sólo juega cuando la mitad de la defensa está lesionada o sancionada (caso de ayer).
Ya que estamos con la cantera, ¿qué mejor momento que ahora para conceder a un montón de chavales el jugar tres partidos consecutivos con el primer equipo? La liga está resuelta, el segundo puesto asegurado, ¿por qué no intentar hacer algo bueno con los encuentros que quedan dando oportunidad a los más jóvenes? Y ya para zanjar esta cuestión, ¿qué ha sido de Palanca? De este chaval que tan buen resultado dio al desagradecido Juande Ramos en el Nou Camp, no hemos vuelto a tener noticia alguna. ¿Llegará por fin algún técnico que utilice esa gran cantera que es Valdebebas? ¿Será Wenger ese entrenador? En el Arsenal se atrevía con todo, pero ¿también lo hará en el Real Madrid? Veo demasiados interrogantes para nuestro futuro inminente. Habrá que tener paciencia y esperar a ver qué ocurre tras las elecciones.
Volviendo al partido, a Juande pareció iluminársele una lucecita y en la segunda mitad dio entrada a Higuaín. Todavía no se había cumplido el primer minuto cuando Torres puso un magnífico centro desde banda izquierda, Higuaín tocó de primera en el segundo palo hacia el corazón del área y el ayer incansable Van der Vaart batió de tiro cruzado al excelente guardameta Diego López.
El Real Madrid se crecía por momentos y el primer cuarto de hora de la segunda mitad fue de auténtico dominio visitante. Pero en una jugada de auténtica mala fortuna, un despeje quedó a pies de Cani, que fusiló sin piedad a Casillas con un trallazo imparable. 2-1.
Higuaín estaba en el campo, pero jugaba más de segundo delantero, junto a Raúl, que en la banda. Lo que pasa es que el Villarreal no llegaba con peligro y Torres podía incorporarse al ataque bastante a menudo, lo que hizo que el Real Madrid estuviera tonteando con el empate durante muchos minutos. Ya que hoy estamos preguntones, ¿por qué Juande tiene esa incapacidad para leer los partidos según van transcurriendo? Robben estaba perdido en la derecha por el buen hacer de los defensas locales, ¿por qué no cambiarlo de banda? Digo yo que dado que el futbolista es zurdo, colocarlo en su posición natural que es la izquierda no se trata de ningún despropósito. Pero no, el pobre siguió en la derecha, luchando contra viento y marea (porque otra cosa no, pero valiente es un rato) aunque sin resultados aparentes.
Pasado el minuto 40 el Real Madrid logró el empate. Parejo había entrado por un fatigado Van der Vaart (repito, ¡qué diferencia cuando han dejado jugar a este chico en su posición natural!), Drenthe también había saltado al campo por aquello de reforzar la banda izquierda (Juande no parece saber de la existencia de banda derecha). En una jugada un tanto embarullada y en claro fuera de juego, Higuaín logró el 2 a 2. Conviene recordar que el árbitro era Medina Cantalejo y que ya había birlado dos penaltis a favor del Real Madrid, así que a todos aquellos que comenzaron a cantar aquello de "así, así, así gana el Madrid" más les valdría haberse mordido la lengua.
El empate no le valía a nadie. Para que el Barcelona no se proclamara campeón el Real Madrid debía ganar y para seguir con opciones Champions, el Villarreal necesitaba los tres puntos. Como si de un guión de Hitchcock se tratara, en el último suspiro Casillas cometió una cantada de impresión, impropia de alguien de su categoría, y el Villarreal se hizo con la victoria en el último suspiro. Alguien me dirá: "No te cebes tanto con Casillas, que es San Casillas". Pues sí, me cebo y explicaré por qué: Últimamente se está excediendo demasiado en declaraciones contra parte de sus compañeros. ¿Te gusta exigir a los demás? ¿Te gusta el síndrome Juande Ramos, que no es otro que echar la culpa a todo el mundo menos a uno mismo? Pues para exigir, primero hay que cumplir y el cantadón fue imperdonable. En esta vida hay que ser más humilde, sólo así uno puede ganarse el respeto de los demás.
Quedan dos partidos, uno en el Bernabéu frente al Mallorca y otro en Pamplona. Podíamos haber hecho la segunda mejor vuelta de todos los tiempos, pero hemos preferido tirarlo todo por la borda en los últimos partidos. No es que los rivales que nos quedan sean de entidad alguna: el Mallorca fuera de casa baja muchos enteros y Osasuna... Ayer estuve en el Reyno de Navarra viendo el Osasuna - Sevilla (en mi oficina montaron una tarde de fútbol y cena y fuimos todos). Lo primero que me viene a la cabeza pensando en dicho encuentro es lo siguiente: si en mi equipillo del barrio yo hubiera centrado alguna vez de forma tan penosa como los extremos de Osasuna, me habrían corrido a gorrazos. ¿Es que ya no hay calidad en primera división? Porque lo de ayer fue de auténtico escándalo en cuanto a la ínfima calidad que tienen muchos de los futbolistas que vi, entre ellos Diego Capel. ¿Quién vio algo en este chico como para colocarle la etiqueta de futurible para el Real Madrid? Agacha la cabeza, corre con el balón y termina tan mareado que muchas de las jugadas que empieza en campo rival, las termina en el propio. Lamentable.
A lo que iba, ¿va todo un Real Madrid a perder contra un equipo tan mediocre como el Osasuna de este año, sólo por dejadez? Sería absolutamente deprimente.
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