
Indudablemente, Ramírez Domínguez no estuvo afortunado y que los errores fueron graves y decisivos en el resultado final, aunque sin esos errores la victoria se quedaría, igualmente en casa, aunque más abultada. Podemos decir que perjudico a los dos equipos, aunque un poquito más a los locales.
Sus errores más graves, por orden cronológico, fueron dos penaltis favorables al Real Madrid. El 1º en el minuto 32. Xabi Alonso saca rápidamente una falta en profundidad sobre el desmarque de Benzema, que inteligentemente supo leer la intención del tolosarra. El único rival que reacciona es Lacen que inicia un sprint en busca del balón pero encontrando en el camino al francés al que barre literalmente. La acción no deja lugar a dudas pero el colegiado estaba pendiente de la posible formación de la barrera y el asistente principal, Giráldez Carrasco, ni se enteró o no supo enterarse.
El segundo penalti es cometido por Morris en el minuto 54. Drenthe supo ver el pase de Toño para Morris y se adelante a la acción del defensor. Tras internarse dentro del área, consigue centrar, pero el defensor racinguista lo arroya y comete la clara infracción que también pasó desapercibida, no solamente para el trío arbitral, incluso para los medios de comunicación. Estos últimos, probablemente, buscando la polémica, como el diario Marca que destaca en su portada el gol anulado a Canales pero sin ninguna reseña a los penaltis.
El Racing de Santander, en la recta final, sufrió sobre sus carnes, la anulación de un gol legal a su joven promesa, Canales. El taconazo de Luís García para el canterano, además de la plasticidad, fue acompañado del error de Pepe en su intento fallido en el despeje y del perfecto remate de Canales, que había acompañado la jugada arrancando de posición reglamentaria. Giráldez Carrasco, quizás sabedor del error en el penalti de Benzema (siempre hay un amigo delante del televisor que pone en conocimiento del trío arbitral los posibles errores cometidos en los primeros 45 minutos) quiso compensar su fallo, lo que al final lo lleva a cometer dos.

Lacen, que en las fechas anteriores se quiso promocionar, sin venir a cuento, a costa de CR9, llegando incluso a la descortesía y falta de respeto hacia un compañero de profesión, recurrió a la “estaca” para detener el juego contrario en el centro del campo. Evitó varias contras con agarrones y entradas rozando la violencia. Incomprensiblemente hasta el minuto 92 no fue amonestado. Su entrada sobre Mahamadou Diarra era merecedora de amarilla y un poquito más.
Nilo Campo
Socio nº 89506 del R. Madrid
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