Me cuesta muchísimo sentarme hoy para hablar de lo ocurrido en Valladolid. Tengo dos motivos: el primero es que no voy a olvidar de golpe y porrazo el estrepitoso fracaso de la Champions (y creo que el calificativo es suave). El otro lo resumiré con una pregunta: ¿de qué te quejas, Onésimo?
Esforzándome mucho voy a dejar por un momento a un lado lo del miércoles, para centrarme en las barbaridades acaecidas esta noche en Zorrilla, porque hacía tiempo que no veía a un equipo sufrir tal cantidad de durísimas entradas, las cuales el árbitro no ha tenido a bien castigar. Y eso que arbitraba Mejuto, alguien a quien consideraba fuera del Villarato. ¿Será que quiere ir al mundial?
Cada vez que un futbolista del Real Madrid recibía el balón de espaldas a un rival, éste le propinaba una buena patada y al suelo. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos ésa ha sido la táctica de Onésimo y Mejuto la ha respetado, hasta el punto que ha llegado a permitir una peligrosísima agresión sobre Cristiano Ronaldo.
Todavía recuerdo la que montó Guardiola el año pasado porque a Messi le dieron una patada (al que diga que el técnico culé es educado y tal, que siga sus declaraciones, porque sólo mantiene la compostura cuando lo tiene todo a favor). ¿Cual habría sido el comportamiento de Guardiola si a Messi le hubieran hecho lo que esta noche a Cristiano o a Van der Vaart? Son los dos futbolistas más castigados hoy por las fechorías de unos vallisoletanos, que han pensado que el fútbol consiste en agredir al rival de todas las maneras posibles.
Sin embargo Onésimo se ha puesto en pie de guerra. Según él su equipo no ha sido inferior al Real Madrid en la primera parte (totalmente falso, por cierto) pero que con el Madrid ya se sabe, que si los árbitros y bla, bla, bla... Señor Onésimo, no tiene usted vergüenza ni la conoce, porque pensar que el resultado habría sido distinto si se hubiese pitado el penalti cometido por Ramos en la segunda parte, momento en que el marcador iba 0-3, evidencia las mentiras de un resentido que odia al Real Madrid (me refiero al penalti de la mano, porque la otra jugada ¿polémica? no es tal ya que el central despeja un balón sin tocar al rival). Lo mejor será que no dedique ni un minuto más al ex-culé llorón de turno y vayamos al partido.
Muchas tonterías se han dicho desde lo del miércoles. Una de ellas era que había lío entre Higuaín y Cristiano. ¿Habéis visto el partido? ¿Parecía que se llevasen mal? ¿Acaso no han jugado perfectamente compenetrados, buscándose en todo momento, apoyándose, asistiéndose continuamente y abrazándose en los goles? Claro que sí. Pero la dañina prensa de este país no sabe qué hacer con tal de intentar hundir al Real Madrid.
El caso es que el Real Madrid ha ganado a ritmo luso-argentino. Tras unos primeros minutos bastante malos, debido sobre todo a la ansiedad, Cristiano ha metido un golazo de falta (muy meritorio teniendo en cuenta que la barrera no estaba, ni de lejos, a la distancia reglamentaria) y a partir de ahí el equipo ha mejorado mucho en su juego.
Alonso en el centro del campo organizaba de forma magistral (a destacar un espectacular pase en diagonal de sesenta metros al pie de Cristiano tras sentar a un rival con un sombrero). Lass continua fatal, pero como hoy ha desaparecido bastante, no ha estorbado al de Tolosa, que ha combinado perfectamente con Van der Vaart y Granero (y eso que el 24 no ha tenido precisamente su noche).
A pesar de las continuas faltas recibidas, de la mala educación del público local (bochornoso en líneas generales, llegando al éxtasis cuando han abucheado a Raúl, que batía otro récord con sus 543 partidos disputados en primera) y de la complicidad arbitral con los locales, el Real Madrid ha empezado a jugar al fútbol, a hilvanar jugadas y ha termiando imponiéndose por goleada, destacando a Higuaín, que se ha resarcido de su desastre particular europeo con un hatt-trick.
Otro argentino ha colado también tres en la tarde-noche de hoy. Hablamos de Messi. Para los medios, parece que sus tres goles tienen mucho más mérito que los de Higuaín. Sólo diré una cosa: intentad ver dichos goles, prestad atención a los defensas del Valencia y luego me contáis. Resulta mucho más fácil jugar al fútbol cuando, lejos de meterte el pie, te tienden una alfombra roja para que pases sin problemas. ¿Cuántos goles habría metido Messi hoy si la defensa valencianista se hubiera aplicado con la contundencia permitida por Mejuto en Valladolid? Seguramente ninguno. Higuaín ha marcado tres y Cristiano, con las facilidades que ha dado atrás el Valencia, podría haber estado marcando toda la noche. Pero claro, no hay villarato, el Barcelona es el mejor del mundo (a pesar de que no juega a nada, como se ha demostrado hoy) y el Real Madrid ha vencido al Valladolid gracias a los árbitros. ¿Es para mosquearse o no?
Termino con el show Pellegrini. Nuevamente Lass de titular y situado por delante de Alonso. Por si acaso el chileno deja claro que no piensa cambiar. Después, para poner la guinda de su particular pastel, ha dado entrada a Gago a falta de cinco minutos para la finalización del encuentro. Onésimo no tiene vergüenza, está claro, pero Pellegrini tampoco. Estos días hemos oído una historia proveniente del entorno de Kaká, algo lamentable ya que ciertas cosas se dicen en privado y a la cara. Sin embargo, coincido en que Pellegrini es un cobarde. Lleva toda la temporada enviando mensajes y echando balones fuera a la hora de repartir culpas. Hoy lo ha corroborado al no atreverse a sentar a Cristiano a pesar de que estaba tocado y el partido sentenciado. Xabi tenía una amarilla (por cierto de risa, porque no ha sido ni falta) y en lugar de cambiarlo con el 0-3, cuando todavía faltaban 25 minutos, se espera casi hasta el final y se ríe del bueno de Gago en la cara. Más le valdría respetar al único futbolista que le ha rendido en condiciones como pivote defensivo esta temporada. Y ya en el colmo de los despropósitos, decide dar entrada en el campo a Guti, con el choque ya decidido, en un partido en el que las faltas se producen por doquier. Y ya sabemos lo mal que encaja el canterano que lo inflen a patadas. ¿Cómo no se ha acordado hoy de Diarrá? Partido sentenciado y nos están inflando a palos. Saca al torpe gigantón africano y que haga de Harry el Sucio. Pero no, Diarrá estaba destinado para la ida en Lyon, donde empezó a fraguarse nuestra particular desgracia internacional.
Echar a Pellegrini ahora no tiene sentido (debería haber sido cesado tras lo de Alcorcón, cuando todavía había tiempo para reconducir la nave) pero espero que conforme termine la temporada desaparezca de la disciplina madridista. Pellegrini, Schuster, Juande y compañía me han hecho llegar a una reflexión que jamás pensé que se daría y es la siguiente: creo que echar a Fabio Capello fue un error de proporciones catastróficas.
Sí, recuerdo todo lo que despotriqué contra el entrenador italiano. Sigo pensando que colocar a Emerson y Diarrá de titulares contra el Mallorca el día en que nos jugábamos la liga fue una temeridad que nos pudo haber costado muy caro. Además con él también caímos en octavos de la Champions. Pero no creo que con él ningún futbolista se hubiera atrevido a mostrar indolencia en el Bernabéu en un partido de Champions. Además, visto el funcionamiento que han tenido los posteriores técnicos, comportándose en muchos casos como si el banquillo les viniera muy grande, me ha hecho cambiar de opinión con respecto al técnico transalpino.
El Real Madrid debe ganar esta liga por varias razones: demostrar que ni el Villarato puede con nosotros, poner al Barcelona en su sitio (el de eterno segundón) y, sobre todo, como disculpa a unos aficionados que han quedado tocadísimos tras la debacle europea. Si no, vendrán tiempos muy difíciles.
Esforzándome mucho voy a dejar por un momento a un lado lo del miércoles, para centrarme en las barbaridades acaecidas esta noche en Zorrilla, porque hacía tiempo que no veía a un equipo sufrir tal cantidad de durísimas entradas, las cuales el árbitro no ha tenido a bien castigar. Y eso que arbitraba Mejuto, alguien a quien consideraba fuera del Villarato. ¿Será que quiere ir al mundial?
Cada vez que un futbolista del Real Madrid recibía el balón de espaldas a un rival, éste le propinaba una buena patada y al suelo. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos ésa ha sido la táctica de Onésimo y Mejuto la ha respetado, hasta el punto que ha llegado a permitir una peligrosísima agresión sobre Cristiano Ronaldo.
Todavía recuerdo la que montó Guardiola el año pasado porque a Messi le dieron una patada (al que diga que el técnico culé es educado y tal, que siga sus declaraciones, porque sólo mantiene la compostura cuando lo tiene todo a favor). ¿Cual habría sido el comportamiento de Guardiola si a Messi le hubieran hecho lo que esta noche a Cristiano o a Van der Vaart? Son los dos futbolistas más castigados hoy por las fechorías de unos vallisoletanos, que han pensado que el fútbol consiste en agredir al rival de todas las maneras posibles.
Sin embargo Onésimo se ha puesto en pie de guerra. Según él su equipo no ha sido inferior al Real Madrid en la primera parte (totalmente falso, por cierto) pero que con el Madrid ya se sabe, que si los árbitros y bla, bla, bla... Señor Onésimo, no tiene usted vergüenza ni la conoce, porque pensar que el resultado habría sido distinto si se hubiese pitado el penalti cometido por Ramos en la segunda parte, momento en que el marcador iba 0-3, evidencia las mentiras de un resentido que odia al Real Madrid (me refiero al penalti de la mano, porque la otra jugada ¿polémica? no es tal ya que el central despeja un balón sin tocar al rival). Lo mejor será que no dedique ni un minuto más al ex-culé llorón de turno y vayamos al partido.
Muchas tonterías se han dicho desde lo del miércoles. Una de ellas era que había lío entre Higuaín y Cristiano. ¿Habéis visto el partido? ¿Parecía que se llevasen mal? ¿Acaso no han jugado perfectamente compenetrados, buscándose en todo momento, apoyándose, asistiéndose continuamente y abrazándose en los goles? Claro que sí. Pero la dañina prensa de este país no sabe qué hacer con tal de intentar hundir al Real Madrid.
El caso es que el Real Madrid ha ganado a ritmo luso-argentino. Tras unos primeros minutos bastante malos, debido sobre todo a la ansiedad, Cristiano ha metido un golazo de falta (muy meritorio teniendo en cuenta que la barrera no estaba, ni de lejos, a la distancia reglamentaria) y a partir de ahí el equipo ha mejorado mucho en su juego.
Alonso en el centro del campo organizaba de forma magistral (a destacar un espectacular pase en diagonal de sesenta metros al pie de Cristiano tras sentar a un rival con un sombrero). Lass continua fatal, pero como hoy ha desaparecido bastante, no ha estorbado al de Tolosa, que ha combinado perfectamente con Van der Vaart y Granero (y eso que el 24 no ha tenido precisamente su noche).
A pesar de las continuas faltas recibidas, de la mala educación del público local (bochornoso en líneas generales, llegando al éxtasis cuando han abucheado a Raúl, que batía otro récord con sus 543 partidos disputados en primera) y de la complicidad arbitral con los locales, el Real Madrid ha empezado a jugar al fútbol, a hilvanar jugadas y ha termiando imponiéndose por goleada, destacando a Higuaín, que se ha resarcido de su desastre particular europeo con un hatt-trick.
Otro argentino ha colado también tres en la tarde-noche de hoy. Hablamos de Messi. Para los medios, parece que sus tres goles tienen mucho más mérito que los de Higuaín. Sólo diré una cosa: intentad ver dichos goles, prestad atención a los defensas del Valencia y luego me contáis. Resulta mucho más fácil jugar al fútbol cuando, lejos de meterte el pie, te tienden una alfombra roja para que pases sin problemas. ¿Cuántos goles habría metido Messi hoy si la defensa valencianista se hubiera aplicado con la contundencia permitida por Mejuto en Valladolid? Seguramente ninguno. Higuaín ha marcado tres y Cristiano, con las facilidades que ha dado atrás el Valencia, podría haber estado marcando toda la noche. Pero claro, no hay villarato, el Barcelona es el mejor del mundo (a pesar de que no juega a nada, como se ha demostrado hoy) y el Real Madrid ha vencido al Valladolid gracias a los árbitros. ¿Es para mosquearse o no?
Termino con el show Pellegrini. Nuevamente Lass de titular y situado por delante de Alonso. Por si acaso el chileno deja claro que no piensa cambiar. Después, para poner la guinda de su particular pastel, ha dado entrada a Gago a falta de cinco minutos para la finalización del encuentro. Onésimo no tiene vergüenza, está claro, pero Pellegrini tampoco. Estos días hemos oído una historia proveniente del entorno de Kaká, algo lamentable ya que ciertas cosas se dicen en privado y a la cara. Sin embargo, coincido en que Pellegrini es un cobarde. Lleva toda la temporada enviando mensajes y echando balones fuera a la hora de repartir culpas. Hoy lo ha corroborado al no atreverse a sentar a Cristiano a pesar de que estaba tocado y el partido sentenciado. Xabi tenía una amarilla (por cierto de risa, porque no ha sido ni falta) y en lugar de cambiarlo con el 0-3, cuando todavía faltaban 25 minutos, se espera casi hasta el final y se ríe del bueno de Gago en la cara. Más le valdría respetar al único futbolista que le ha rendido en condiciones como pivote defensivo esta temporada. Y ya en el colmo de los despropósitos, decide dar entrada en el campo a Guti, con el choque ya decidido, en un partido en el que las faltas se producen por doquier. Y ya sabemos lo mal que encaja el canterano que lo inflen a patadas. ¿Cómo no se ha acordado hoy de Diarrá? Partido sentenciado y nos están inflando a palos. Saca al torpe gigantón africano y que haga de Harry el Sucio. Pero no, Diarrá estaba destinado para la ida en Lyon, donde empezó a fraguarse nuestra particular desgracia internacional.
Echar a Pellegrini ahora no tiene sentido (debería haber sido cesado tras lo de Alcorcón, cuando todavía había tiempo para reconducir la nave) pero espero que conforme termine la temporada desaparezca de la disciplina madridista. Pellegrini, Schuster, Juande y compañía me han hecho llegar a una reflexión que jamás pensé que se daría y es la siguiente: creo que echar a Fabio Capello fue un error de proporciones catastróficas.
Sí, recuerdo todo lo que despotriqué contra el entrenador italiano. Sigo pensando que colocar a Emerson y Diarrá de titulares contra el Mallorca el día en que nos jugábamos la liga fue una temeridad que nos pudo haber costado muy caro. Además con él también caímos en octavos de la Champions. Pero no creo que con él ningún futbolista se hubiera atrevido a mostrar indolencia en el Bernabéu en un partido de Champions. Además, visto el funcionamiento que han tenido los posteriores técnicos, comportándose en muchos casos como si el banquillo les viniera muy grande, me ha hecho cambiar de opinión con respecto al técnico transalpino.
El Real Madrid debe ganar esta liga por varias razones: demostrar que ni el Villarato puede con nosotros, poner al Barcelona en su sitio (el de eterno segundón) y, sobre todo, como disculpa a unos aficionados que han quedado tocadísimos tras la debacle europea. Si no, vendrán tiempos muy difíciles.
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