Como todo el madridismo, estoy triste, muy triste. Es el sexto año consecutivo que caemos eliminados en Champions en cuanto empiezan las eliminatorias, por lo que podríamos hablar no de un error puntual, sino de un grave despropósito estructural.
Lo que me pide el cuerpo (imagino que a muchos también) es coger el hacha y empezar a cortar cabezas. Sin embargo estaría cometiendo el mismo error que nuestros jugadores ayer: utilizar el corazón en lugar de la cabeza. Así que trataré de recapitular acontecimientos, a ver si así podemos sacar algo en limpio.
Al comenzar la temporada comenté que este Real Madrid tenía la plantilla algo descompensada. Muchos me criticastes arguyendo, entiendo que acertadamente, que teníamos un potencial ofensivo descomunal, unos centrales de gran categoría y un seguro de vida bajo los palos. Sí, estoy de acuerdo, pero hay un técnico que juega con un determinado esquema y no sale de ahí.
También rebatisteis mi argumento del técnico, al decir que con esta plantilla se podía conformar el mejor once del mundo con diferentes esquemas tácticos. Y sí, volveis a tener razón, sólo que hay un pequeño matiz: una temporada no se juega con once futbolistas, sino con unos cuantos más. Y hay ciertas posiciones en este equipo, dado el esquema de Pellegrini, que no tienen recambio.
El único fútbol entendido por Pellegrini que me ha gustado este año se ha producido sin pivotes defensivos en el campo (es decir, sin ningún Diarrá). Aunque hubo una excepción: el partidazo de Gago ante el Mallorca (rival bastante serio esta temporada) ya que jugó como si fuera una especie de líbero aplicado únicamente a tareas defensivas. ¿Cómo se hace esto? Cuando sube Marcelo, cubro la izquierda (y rezo para que Ramos no suba a la vez por la derecha). Si sube Ramos, lo mismo pero por su lado. Y si sube Alonso, porque los hombres de delante han ocupado las bandas, le doy la libertad suficiente cubriendo su posición. Gago es el único futbolista en toda la plantilla que ha entendido lo que debe ser un pivote defensivo con este esquema. Pero Pellegrini no usa a Gago si puede evitarlo, es lo que hay.
Sigamos con el razonamiento. Decía que los mejores partidos con esquema Pellegrini se han producido sin pivotes. Alonso jugaba como medio-centro (la diferencia con un pivote es que un medio-centro sabe dirigir al equipo desde atrás y no se dedica únicamente a defender) y, por delante de él, dos de estas tres posibilidades: Guti, Van der Vaart y Granero. El equipo se aseguraba el control del esférico, circulación del balón y ocasiones de gol independientemente de que el rival dejase espacios o no.
¿Qué pasa si alguien permite a este Real Madrid tener espacio para correr? Pierde por goleada. Si a este equipo le dejan montar varios contraataques en un partido, el esquema táctico a utilizar es muy sencillo: Higuaín, Cristiano, Kaká y ocho más. Hablamos de tres auténticos virtuosos en las jugadas a la contra. Y claro, gracias a ello, Pellegrini ha podido subsistir con Arbeloa por la izquierda, Lass por delante de Alonso y todas esas cosas ininteligibles para el buen entendido madridista.
Llegó el sábado el Sevilla y todos pudimos comprobarlo: sesenta minutos made in Pellegrini y perdíamos por 0-2 contra un rival que no había realizado ningún disparo a puerta. Treinta minutos con un centro del campo que sabe jugar el balón, sin pivotes y levantamos el resultado marcando tres y gracias... Pero las gracias las dio el Sevilla, porque a pesar de encerrarse atrás, las faltas y las ayuditas inestimables de Iturralde, en esa media hora le deberían haber caído unos cuantos goles más.
¿Cómo era el Real Madrid de esa media hora prodigiosa del pasado fin de semana? Marcelo por la izquierda, Ramos por la derecha y tres hombres en el centro del campo: Alonso de medio-centro y Van der Vaart y Guti por delante. Enfrente el Sevilla, ¿y qué? El Real Madrid hacía circular el balón, los hombres de ataque gozaban de absoluta libertad de movimientos y las ocasiones llegaban por doquier.
Pero hay un problema: ¿qué pasa si no puede jugar Alonso? Lass demostró ayer sobradamente que no puede jugar de medio-centro el solo. ¿Qué solución aportó el técnico? Retrasar unos veinte metros la posición de Guti. Y sí, Guti jugó como un buen medio-centro (todo lo bien que se puede jugar cuando Lass te estorba continuamente), pero ¿quién hizo de Guti?
Ya hemos comentado que el esquema de Pellegrini suele fallar cuando el rival se encierra atrás. Si alguien puede desatascar el juego en dicha circunstancia en el Real Madrid es Guti. Ya sé que el canterano no cae bien a mucha gente y entiendo por qué, pero vamos a olvidarnos por un momento de filias y fobias y seamos serios: hoy por hoy, con los esquemas de Pellegrini, o Alonso y Guti son de la partida o más vale que el rival nos deje correr.
Pero ayer jugó Guti, me diréis muchos... Sí, pero ¿dónde jugó? ¿Lo hizo en su sitio? ¿Se colocó en las posiciones en las que puede desestabilizar un partido? No, jugó de Xabi Alonso y claro, ahí difícilmente puede desestabilizar nada. Aún así dio el pase del único gol del partido, un centro de precisión milimétrica en profundidad al pie de Cristiano. Pero poco más pudo hacer.
Al comenzar la temporada hablamos de muchos posibles esquemas para esta plantilla. Algunos defendimos el jugar con tres centrales y dos carrileros. La idea era que Pepe o Ramos ocuparan el centro del trío defensivo al más puro estilo de la figura ya desaparecida en el mundo del fútbol del líbero (posición a la que tengo especial cariño ya que la he desempeñado muchas veces al jugar al fútbol). La idea es que en defensa los tres centrales permanezcan atrás y en ataque, el central del medio adelante su posición para cubrir las subidas del medio-centro o bien para apoyarle en la salida del balón. Hay plantilla para ello, más que para lo que propone Pellegrini, aunque siempre tendremos la falta de sustitutos para Xabi Alonso.
Y digo yo, ¿es que el Real Madrid no tiene cantera? No voy a ser tan iluso de pretender que un chavalito del filial debute en Champions y ocupe la demarcación de medio-centro. Claro que no. Pero la temporada es muy larga y si no cuentas con sustitutos naturales para Alonso y Marcelo, ¿no sería conveniente ir dando minutos a gente del filial que juegue de medio-centro y lateral izquierdo para cuando hagan falta? Es muy sencillo: en uno de los muchos partidos en los que el Real Madrid se ha puesto con ventaja de varios goles en el marcador (este año ha habido unos cuantos) sustituye a Alonso o a Marcelo por alguien del filial y que se vaya fogueando. No estoy descubriendo nada nuevo ya que es lo que se ha hecho toda la vida. Pero no, Pellegrini es capaz de hacer viajar a cuatro canteranos y después no les da ni un minuto (y eso lo hemos visto esta temporada). Luego los canteranos captan el mensaje (que no es otro que "o te fichamos por una millonada o no jugarás nunca en el Real Madrid") y en cuanto tienen ofertas para jugar en cualquier otro equipo, los mejores de ellos se largan.
Así las cosas, un día falla Xabi Alonso y no podemos con un equipito del montón. Y lo que es más curioso: un equipito del montón tiene a un entrenador capaz de leer un partido, ver lo que está fallando, hacer cambios en el descanso y modificar una primera parte ultra defensiva abocada al fracaso, por una segunda en la que su equipo tiene el balón y nos da un baile de cuidado en el mismísimo Santiago Bernabéu.
Y aquí entran los jugadores. ¿Es toda la culpa de Pellegrini? No, aunque ya ha demostrado sobradamente que el banquillo del Real Madrid le viene muy grande. ¿Tiene toda la culpa el presidente? Tampoco, pero debería ir pensando en dejar que fuera un profesional del fútbol quien le prepare la próxima temporada (y no el infame Valdano, que es alguien que en esta vida sólo ha sabido hacer una cosa: arrimarse al sol que más calienta). Evidentemente también están los jugadores. Unos por exceso (Cristiano estaba tan ansioso que completó su peor partido desde que está en el Real Madrid) y otros por defecto, pero llega un momento en el fútbol en que hay que olvidarse de tácticas, echarle cojones (con perdón de la expresión) y ganar el partido. Eso, a día de hoy, muy poquitos futbolistas del equipo lo tienen. Ese coraje, esa rabia y esas ganas. Uno es Raúl (digo lo mismo que con Guti, olvidemos filias y fobias y hablemos en serio). El otro solía ser Higuaín, pero anoche, bien por el fallo estrepitoso de la primera parte, bien por el nulo control del balón de los centrocampistas en la segunda, no vimos al Higuaín que nos hizo vibrar a todos el año pasado contra el Getafe, o a aquel que nos dio la liga contra el Espanyol y contra Osasuna. El tercero con raza de sobra es Cristiano, pero como ya he dicho, el chaval ayer se equivocó por completo.
¿Soluciones? Tener claro, por mucho que nos duela, que esta temporada ya se ha acabado, eso para empezar. Sí, hay que ganar la liga, pero los que no se dedican directamente al juego (presidente y compañía) deben empezar a planificar la temporada que viene desde ya. Y para ello, lo primero es dar el mando a gente de fútbol, gente que sepa de esto. No me importa si hablamos de Zidane, Hierro o Pirri; el caso es que Florentino Pérez ya demostró en su primera etapa que cuesta tres años disolver un equipo campeón (que es lo que había heredado). Y en ésta, su segunda aventura, sigue demostrando que sí, es un fenómeno para fichar cracks, pero no tiene ni idea de cómo afrontar una temporada futbolística.
Hecho esto, olvidémonos de estrellas, que las tenemos y a patadas. No hay que cambiarlo todo, en absoluto. Prueba de ello es que ayer, a pesar de la mala segunda parte y del nefasto partido de ida (allí fue donde Pellegrini hundió al Real Madrid) si el árbitro pita el penalti sobre Higuaín y nos vamos al descanso con 2-0, el Lyon habría empezado a dejar espacios, el Real Madrid a correr a la contra y a lo mejor cae media docena de goles. Se debe continuar el actual proyecto deportivo reforzando posiciones como el medio-centro y el lateral izquierdo. Para ello es indispensable contar con un técnico afín al Real Madrid. ¿Qué quiero decir? Que no es de recibo saltar a la palestra y decir: "nuestras opciones para el banquillo son Wenger o Mourinho". No es que tenga nada en contra de ellos (que si lo tengo, pero ahora no viene al caso). El problema es que el fútbol que practica uno y otro se parece como la noche y el día. Y eso ya no es un proyecto, sino fichar a un entrenador que, por diferentes motivos, tiene nombre internacional.
Y no hay nada más. Me viene a la cabeza el Barcelona de hace dos temporadas como ejemplo de una situación similar. Aquel año el Real Madrid ganó la liga y aventajó a los azulgrana en nada más y nada menos que 18 puntos, una auténtica barbaridad. ¿Qué diferencia había entre ese equipo y el que el año pasado ganó todo? Un refuerzo importante en el lateral derecho y otro en el centro del campo, además de un entrenador que entendiera lo que implica sentarse en el banquillo de un equipo que aspira a todo. No fue, precisamente, una revolución, ¿verdad?
Nunca me ha gustado mirarme en el espejo del Barcelona, entre otras cosas porque siempre ha sido al revés. Sin embargo, entiendo que nuestra situación es similar. Lo difícil, contar con futbolistas desequilibrantes, ya está hecho. ¿Qué queda? Completar la plantilla, comenzar a contar con la cantera y sentar en el banquillo a alguien que entienda la idiosincrasia del Real Madrid y que se dedique a colocar a los futbolistas en sus posiciones naturales (despropósitos como situar al lateral derecho por la izquierda o al media-punta de medio-centro son experimentos que suelen terminar en siniestro total). Hasta entonces, no nos queda otra que aguantar el terrible varapalo y tratar de capear el temporal lo mejor posible.
Ya tienes tu enlace en mi página. Me encanta tu video sobre la clasificación alternativa de Punto Pelota, si puedes continúa poniéndola, te lo agradeceremos.
ResponderEliminarUn saludo desde Todo Real Madrid
OK. Nosotros también te hemos añadido. Un saludo.
ResponderEliminar