
Como me temía lo que pasó en el encuentro de ayer entre el Stuttgart y los innombrables, y a lo poco que hay que analizar de la labor de Muñiz Fernández, el domingo, esperé para incluir en el análisis este de Champions.
Me lo temía porque intuyo que algo sabe/tiene, calzoncillos Lapuerta, sobre Villar y este se encuentra obligado a satisfacer las exigencias del jefe culé. Puesto que la guerra mediática desatada por el affaire sobre el“villarato” (ya no se puede ocultar más y es vox populi) teniendo que disimular un poquito los colegiados en su ayuda al culerísmo, pues que mejor vasallaje, servilismo y pleitesía, que poner al servicio culé al colegiado de turno, en este caso el holandés Bjorn Kuipers (ya les favoreció claramente el 9 de septiembre del 2009, en la segunda jornada de la fase de grupos, contra el Dínamo de Kiev. Ganaban los locales 1-0 cuando en el minuto 40 anuló un gol a Vukojevic legal. Con el marcador 2-0 (resultado final) señalo fuera de juego a Shevchenko cuando se quedaba solo delante de Valdés, Abidal deshacía el fuera de juego. Más tarde no señaló el claro penalti del guardameta local, Valdés, sobre Milevski, cuando se disponía a marcar. Era penalti y expulsión) en la máxima competición Europea, por algo Villar es el máximo responsable del arbitraje UEFA, y así les va.
No defraudo Kuipers al "villarato" europeo y, como si de Ovrebo (el árbitro noruego del atraco al Chelesa) se tratara, les puso el partido, y prácticamente la eliminatoria, en bandeja. Cuando estaban siendo borrados literalmente del campo por los alemanes, en el minuto 28 Piqué cortó con la mano un centro alemán, dentro del área. La acción la vio porque, ante las reclamaciones de los locales, les indicaba con gestos que tenía el brazo pegado al cuerpo. Mentira, lo vio pero su servilismo le impidió permitir la eliminación de los catalanes. Tampoco quiso señalar el cometido por Márquez en el minuto 41, que debería significar su expulsión al tener ya una tarjeta amarilla.

Como resumen final sobre este partido, decir que están, o casi, en cuartos de final gracias al holandés Kuipers. Con un arbitraje imparcial, el Barcelona ya vendría con un 99,99% de probabilidades de caer eliminado. Se sabe del espionaje a los directivos, digamos, opositores al laportismo y, yo me pregunto, ¿también fue espiado Villar? Para mí la respuesta es afirmativa y algo gordo se habrá descubierto para tenerlo amarrado por los "wevos", como vulgarmente se dice.
Centrándonos en el partido Real Madrid – Villarreal, dirigido por Muñiz Fernández, comentar que el resultado final hace que su labor pasara desapercibida y que se pueda decir que fue imparcial. Pitó lo que vio, y vio bien los dos penaltis, que los fueron, pero difíciles de apreciar a primera vista. También tuvo la fortuna de que el asistente que llevó el ataque madridista en la segunda parte, fue un verdadero ayudante, aunque se equivocó en una, minuto 83, al señalar fuera de juego de Cristiano Ronaldo. No lo era por poquito y la acción terminó en gol. Pero, en su descargo, hay que decir que acertó con 5 anteriormente muy difíciles de apreciar. La del primer gol de Higuaín, CR9 parte de posición legal al estar habilitado por un defensor en la otra parte del campo.

El sábado está designado Ramírez Domínguez, otro de los malos pero que por lo menos, y espero que continúe así, es de los que los errores son hacia las dos partes, vamos que se puede decir que trata de impartir justicia que ya es algo. Como comentaba anteriormente, algo se está moviendo en el fútbol español. Me da el palpito que Villar puede saltar de la RFEF y que el villarato puede tener los días contados. Uno de sus adláteres está a punto de caer (lo siento por Gerardo González Movilla, presidente de la AFE, y al que conozco en persona) y con él muchos votos. El peligro ahora está en Europa, Villar es el máximo responsable del colectivo arbitral y levantar la Champions en el Bernabéu es el mayor deseo culerdo.
Socio nº 89.506, del Real Madrid
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