
Afortunadamente el comité de designación procuro no designarlo en partidos del Real Madrid, la temporada anterior ni uno, con lo que nos ahorró un sufrimiento añadido. En Chapín, el sábado, volvimos a sufrirlo aunque, a pesar suyo, los tres puntos viajaron a Madrid.
En el orden disciplinario continúa con la tendencia de no dejar en inferioridad numérica al rival blanco de turno y eso que el Xerez dio motivos para ello, como explicaré más adelante, pero Turienzo no está por la labor de hacernos la vida fácil. Luego saldrá en los medios de comunicación llorando y pidiendo respecto para él y su familia. Aunque no comparto las amenazas a su familia, y mucho menos los insultos a su hija, pero para exigir respeto tienes que comenzar por respetar tú, querido Javier.
Centrándonos en el partido en sí y, en su labor, en particular, decir que perdonó TRES penaltis en el área local. El primero cometido por Redondo sobre Granero. Minuto 23, el canterano desborda a Redondo y cuando encaraba al guardameta rival, es derribado por el defensor que le mete la cadera desequilibrándolo. Primero al limbo.

Tampoco quisieron ver el que cometió Casado al desviar con el brazo a córner un remate, de Higuaín, que llevaba marchamo de gol. Bien es cierto que el balón va al brazo pero éste estaba separado del cuerpo y, los que juegan o jugaron al fútbol saben que así cubren más espacio, por lo que el penalti es claro. El cero a cero todavía persistía en el marcador y el leones de adopción no estaba por la labor de allanar el camino blanco.
El apartado disciplinario no le fue a la zaga al técnico y no midió con el mismo rasero a los dos equipos. En tres ocasiones amonestó a los visitantes por dos los locales, incluso la misma acción, dar un manotazo al rival en el salto, fue tarjeta amarilla para Sergio Ramos pero quedó impune el codazo de Moreno, en el minuto 20, sobre CR9. Arbeloa fue amonestado por agarrar a un contrario, pero Keita, en el minuto 50, no lo fue y significaba la expulsión por estar amonestado anteriormente, incluso cometió varias acciones que merecían la amonestación.
Sus asistentes no le ayudaron en su cometido, perjudicando más al equipo local. En tres ocasiones señalaron posición antirreglamentaria cuando era legal. En una a Mario Bermejo, en el minuto 57, podría acarrear mucho peligro para los intereses del equipo de Chamartín. También señalaron como fuera de juego la posición de Higuaín, minuto 33, y que se quedaba solo delante de Renan al ganar la espalda a la defensa rival. Era muy justa. Tampoco le ayudaron en los dos penaltis cometidos por la defensa local por sendos despejes con la mano, el primero, y con el brazo, el segundo. Esas deberían de verlas y señalarlas. Ni lo uno ni lo otro.
Resumiendo, mala actuación de Tirienzo y su equipo pero, gracias al resultado final, pasó desapercibido y no se habla de su pésimo arbitraje partidista, que es lo peor que tienen los malos colegiados. Por algo lleva 11 temporadas en el arbitraje y no es internacional a pesar de sus esfuerzos por agradar al villarato.
Nilo Campo
Socio nº 89.506, del Real Madrid
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