
Comenzaré según el orden crónologico, por consiguiente, por el Molinón, por el boquerón malo (mira que hay gente buena en Málaga, doy fe, y va a salir este individuo) el Paradas Romero. No se conformó con masacrar con amonestaciones a los locales, sino que también lo hizo en tres jugadas puntuales.
La 1ª, minuto 5 de partido, Bilic encara a Valdés dentro del área cuando Márquez, desentendiéndose del balón lo desplaza con el antebrazo (parece que fue la semana del antebrazo) y derriba. Penalti claro del que fue indultado el equipo extranjero. El 0-0 campeaba en el marcador.

No se quedaría aquí la cosa porque en el minuto 80, Messi, el paradigma de la deportividad y ejemplo para nuestra juventud, le suelta una coz (los burros es lo que dan) a Diego Castro, por detrás. Era una clara expulsión del argentino pero, el boquerón malo, indulta nuevamente a los advenedizos de este, nuestro, país.
Gran diferencia con Teixeira que privó a los blancos de la victoria y, por consiguiente, de dos puntos más en su clasificación, anulando un gol legal de Raúl, mientras Paradas Romero le regala dos puntos a los catalanes. Más dos y menos dos hacen un total de CUATRO puntos que, si los añadimos a los dos del Español, a los tres contra el propio Real Madrid, etc. Darían una cómoda ventaja blanca sobre los adulteradores de competiciones futbolísticas.
El Real Madrid saltaba al césped de Riazor con una desventaja de 8 puntos y con el peso de la historia (18 temporadas sin ganar, solamente cinco empates) sobre sus espaldas y con el añadido de un valenciano designado para dirigir este encuentro. No presagiaba nada bueno, más si llegábamos con la friolera de ocho bajas.
La superioridad del Madrid y la fortuna hicieron que no se hable de Ayza Gámez, aunque su labor fue mala. Porque de mala se debe calificar cuando cometió dos errores tan transcendentales como obviar un penalti a Benzema, en el minuto 75, bien es cierto que inducido por su asistente que le indicó fuera de juego al francés y que él señalara el punto de penalti. Era posición legal.
Su otro lunar fue en el gol del Deportivo. Iván Pérez comete falta clara en el robo del balón pero no lo considera así Ayza, dejando continuar el juego y cometiendo Sergio Ramos una inocente falta dentro del área sobre Riki, que no duda en “morirse”. Penalti light, pero penalti aunque de esos cientos en cada partido. Tenía que agradar de algún modo a sus superiores y, cuando la ocasión le fue propicia, no lo dudo. De nada sirvió porque el Madrid, ayer, fue muy superior, infinitamente superior capitaneado por un inconmensurable José Mª Gutiérrez Hernández, GUTI.
En el orden disciplinario solamente necesitó mostrar tres cartulinas amarillas, las tres a jugadores herculinos, y, en las mostradas a Juca y Juan Rodríguez, se quedó corto. En un partido de guante blanco, primero el brasileño y en las postrimerías del encuentro Juan Rodríguez, merecieron terminar antes de tiempo el encuentro.
Su otro lunar fue en el gol del Deportivo. Iván Pérez comete falta clara en el robo del balón pero no lo considera así Ayza, dejando continuar el juego y cometiendo Sergio Ramos una inocente falta dentro del área sobre Riki, que no duda en “morirse”. Penalti light, pero penalti aunque de esos cientos en cada partido. Tenía que agradar de algún modo a sus superiores y, cuando la ocasión le fue propicia, no lo dudo. De nada sirvió porque el Madrid, ayer, fue muy superior, infinitamente superior capitaneado por un inconmensurable José Mª Gutiérrez Hernández, GUTI.
En el orden disciplinario solamente necesitó mostrar tres cartulinas amarillas, las tres a jugadores herculinos, y, en las mostradas a Juca y Juan Rodríguez, se quedó corto. En un partido de guante blanco, primero el brasileño y en las postrimerías del encuentro Juan Rodríguez, merecieron terminar antes de tiempo el encuentro.

Socio nº 89.506 del Real Madrid
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